Moody’s recortó la calificación de SoftBank en dos peldaños y situó la nota en revisión para una posible rebaja adicional, lo que provocó que la compañía japonesa cortara su relación con la agencia.

Con la rebaja de Ba1 a Ba3, la calificación crediticia de SoftBank cayó aún más en territorio “basura” y la respuesta de la firma liderada por Masayoshi Son no se hizo esperar: acusó a Moody’s de tener pronósticos equivocados de SoftBank.

“En SoftBank creemos que la rebaja en la nota crediticia de Moody’s está basada en previsiones excesivamente pesimistas respecto al mercado y malentendiendo que la empresa liquidará activos sin una exhaustiva consideración”, replicó la empresa.

El diferendo muestra el conflicto de interés que existe en la relación entre agencias calificadoras y empresas, pues estas pagan por ser calificadas y despiden a quienes no les dan notas de su agrado, explicó el Wall Street Journal.

La decisión de la calificadora de riesgos se produce dos días después de que el conglomerado japonés aprobó una venta de emergencia de activos por 40,000 millones de dólares para reducir su deuda y aumentar sus reservas de liquidez.

El programa, que incluye una recompra de acciones por 18,000 millones de dólares, fue anunciado tras una pérdida mayor a 50% del valor de mercado de SoftBank en lo que va del año, debido a que algunos de sus negocios han sido golpeados por la pandemia del COVID-19.

La rebaja refleja la urgencia de la compañía por la recompra de acciones y una agresiva política financiera, según Moody’s. La agencia advirtió que el portafolio de acciones de SoftBank -que incluye a Uber y WeWork- se deteriorará si la compañía vende sus participaciones en Alibaba y Sprint.

Moody’s estima que SoftBank no podrá vender sus activos, en medio de una caída de los mercados globales que incrementa los temores sobre una recesión económica.

Además, el recorte a la nota crediticia puede aumentar los costos de endeudamiento del grupo, que asciende a 55,000 millones de dólares, de acuerdo con el Financial Times.

S&P fue cautelosa el martes al elogiar el plan de SoftBank, pues aunque reconoció que podría reducir la presión a la baja de su calidad crediticia, será difícil de ejecutar en el actual entorno de incertidumbre en los mercados.