La inversión privada podría ser la única alternativa del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) para el mantenimiento y ampliación de sus instalaciones ante la falta de recursos del gobierno.
De acuerdo con fuentes de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), la administración federal contempla ceder una participación accionaria a un grupo privado y mantenerse como accionista mayoritario y controlador.
Las fuentes no dieron mayores detalles, pero descartaron que entre los posibles inversionistas esté alguno de los grupos aeroportuarios que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores: Grupo Aeroportuario del Pacífico, Grupo Aeroportuario del Sureste y Grupo Aeroportuario del Centro Norte.
El modelo de inversión contemplado sería similar al del Aeropuerto Internacional de Toluca (AIT), donde el 49% de las acciones aún las posee Aleática (antes OHL), mientras el 26% son de la paraestatal Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) y el 25% restante del Estado de México.
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Actualmente, el AICM es una empresa de participación estatal mayoritaria, subsidiaria de Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, que desde 1998 cuenta con un título de concesión para administrar, operar y explotar el complejo por 50 años.
Recursos comprometidos
Carlos Torres, analista independiente del sector aviación, comentó que en el pasado se contempló dar una participación en el aeropuerto capitalino a los privados, lo cual eventualmente se desechó con el cambio de gobierno.
Podría ponerse de nuevo a debate en función de la falta de recursos que tiene, porque los ingresos aeroportuarios están comprometidos y la parte comercial está limitada, ya no puedes hacer gran cosa físicamente
comentó en entrevista.
Los recursos comprometidos obedecen a que, durante el sexenio pasado, se emitieron paquetes de bonos respaldados por el cobro de la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) para financiar el ahora cancelado aeropuerto de Texcoco y que seguirán destinados a pagar deuda relacionada con el proyecto.
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La tarifa que se cobra en el precio del boleto a cada pasajero por el uso de instalaciones aeroportuarias representa en promedio el 50% de los ingresos de un aeropuerto, mientras el 30% corresponde a servicios de venta y almacenamiento de combustibles, hasta un 20% a servicios aeronáuticos y el 10% restante viene de ingresos comerciales y auxiliares, detalló Fernando Gómez, analista independiente de aviación.
En 2022, la TUA del aeropuerto capitalino es de 25.02 dólares para vuelos nacionales y de 49.41 dólares para internacionales, situándose entre las más elevadas a nivel nacional.
De buscar a inversionistas privados, despertar su interés sería sencillo por la alta rentabilidad de las instalaciones, pero el desafío será es atraer a los socios correctos, que demuestren tener el capital y la experiencia para acondicionar bien el aeropuerto, consideró.
Es muy rentable el AICM, al ser el principal aeropuerto del país y concentrar casi el 40% de las operaciones a nivel nacional
dijo Gómez en entrevista.
Experiencia previa
En el pasado, el AICM ya ha volteado a las empresas privadas para realizar obras, como ocurrió en 2016, cuando inauguró la sala de espera 75 en conjunto con Aeroméxico.
El proyecto significó una inversión de 210 millones de pesos que aportó la aerolínea para amortizarlos posteriormente contra rentas, según explicó en su momento el CEO de Aeroméxico, Andrés Conesa.
Entre 1991 y 2006 también firmó varios contratos con Fumisa (entonces filial de Hakim) para ampliar y remodelar áreas de la Terminal 1 a cambio de una contraprestación que le permitió subarrendar locales y áreas comerciales.
Los contratos concluyeron en 2013, aunque entre diferencias entre Fumisa y la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) por la duración de los contratos en dicha terminal.
Con información de Mario Maldonado