Pese a los datos positivos de la empresas de consumo, supermercados y tiendas departamentales de los últimos meses y la proyección favorable hacia el cierre del año, el 2023 será desafiante para este segmento debido a la inflación, la consecuente alza de precios y tasas de interés en niveles históricos, prevén analistas. 

El próximo año iniciará con un consumidor ‘golpeado’ en su economía, arrastrado por una inflación a niveles del 8.7%, la mayor en dos décadas, así como el inicio de los efectos del encarecimiento de préstamos y pago de deudas.

Esto, con el riesgo de llevar la tasa de referencia a niveles de 10%, bajo la incertumbre de una posible recesión en Estados Unidos, con efectos en economías como la mexicana ante la cercanía y la estrecha relación, coinciden especialistas. 

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Para el siguiente año, el efecto ya en el gasto del consumidor, la presión inflacionaria y los pagos en tarjetas por las tasas de interés, ya serán un factor que esté limitando el desempeño de las empresas

explicó Marisol Huerta, analista senior de Grupo Financiero Ve por Más (BX+)

2022, el año de la resiliencia para consumo

En medio de esa ola de alta inflación no sólo en México, sino a nivel mundial, las empresas de consumo han sido resilientes y mantienen crecimiento en sus ingresos totales.

Por ejemplo, en lo que va de 2022, las ventas mismas tiendas de la Asociación de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) han tenido números positivos. En octubre, el alza fue de 10%.

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Las principales tiendas departamentales (Liverpool, Sears y Palacio de Hierro) mostraron crecimiento de doble dígito en sus ventas del tercer trimestre.

En tanto, los supermercados como Chedraui, Soriana, La Comer y Walmart México tuvieron un desempeño similar. Todos, por arriba del dato general de la ANTAD.

Ha sido un año interesante (2022), lleno de retos y complicaciones con temas de poder adquisitivo. Ha ayudado mucho el regreso a la normalidad después de la pandemia

consideró Carlos Hermosillo, analista independiente del sector consumo

Tregua inflacionaria, el reto en 2023

Las empresas de consumo y los consumidores han resistido y se tratado de adaptarse al alza de precios, pese al entorno macroeconómico, el conflicto geopolítico en Europa y los problemas en las cadenas de suministro. 

Las primeras con opciones de productos más baratos, como las marcas propias que pueden ser hasta 40% más baratas, y arreglos con sus proveedores para evitar trasladar las alzas a los clientes.

Los clientes, por su parte, buscando opciones para ahorrar. La disposición de los mexicanos a comprar marcas propias creció a 20% en 2022, seis puntos porcentuales más que en 2021, según datos de la consultora EY-Parthenon.

Sin embargo, no hay bolsillo que aguante ni empresa que resista absorber por largos periodos el alza de precios, coinciden los analistas. De ahí que el factor clave para las empresas en 2023 será el momento en que la inflación comience a descender de nivel.

En ese sentido, Carlos Hermosillo señaló que el desempeño del sector consumo dependerá de qué tan rápido la inflación pueda regresar a niveles más manejables, quizá eventualmente en un 5%.

Por su parte, Grupo Financiero Monex estima que ese descenso en los niveles de inflación ocurra en “con mayor rapidez” a partir del segundo trimestre de 2023 y cierre ese año en 5.3%.

Próximo año, con riesgos

En un escenario en el que Banco de México (Banxico) lleve la tasa de interés a niveles del 10%, se daría un encarecimiento de los créditos, por lo que endeudarse será más caro y se inhibirá el consumo, a la par de que los intereses que pagan las empresas por sus deudas se encarecerán. 

Sin embargo, estos efectos no serían inmediatos, es decir, no significa que de forma automática pedir un préstamo o los intereses de una tarjeta de crédito sea más caro. “Eso tarda hasta meses, aunque no hay manera de determinar un periodo concreto”, explica Jannethe Quiroz, economista en jefe de Grupo Monex.

No obstante, advierte que los últimos movimientos de Banxico tendrán efecto en 2023.

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Para las empresas que utilizan créditos para sus operaciones, el alza de tasas puede provocar que sean más cautas al pedir préstamos, bajen su producción y, con ello, en un ‘efecto dominó’ la economía se frene, explica Raymundo Tenorio, economista emérito del Tec de Monterrey y exmiembro de Banxico.