La industria audiovisual es reconocida principalmente por los productos finales que genera, ya sean películas, series, cortometrajes, videoclips e incluso comerciales, sin embargo, también tiene un fuerte peso sobre la economía, especialmente cuando se habla de México. 

En promedio, por cada 200 millones de pesos que se invierten para realizar un largometraje, se generan 127 millones de pesos adicionales de forma directa en la cadena de suministro, según mostró el estudio “El impacto económico de las industrias audiovisuales”, realizado por Netflix y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). 

Los datos revelados durante el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) también mostraron que esta industria generó ingresos totales por 61,690 millones de pesos durante 2021, de los cuales 14,769 fueron provistos por las películas.

De acuerdo con lo proyectado por la investigación, año con año la producción cinematográfica registrará un incremento de entre 6% y 7% en su ingresos hasta 2025

Asimismo, abona a la creación de cientos de empleos directos e indirectos, entre los cuales se incluyen productores, técnicos, fotógrafos, editores, confeccionadores de vestuario y animadores, entre otros. 

El alcance no se limita a actividades cercanas a la industria como la construcción de escenografías, desarrollo de efectos especiales, animación o musicalización; también impacta en otras industrias como el transporte, materias primas, turismo, publicidad, alimentos y bebidas.

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Productos en territorio nacional

La creciente aparición de productoras y la buena participación de los connacionales en la industria cinematográfica en Estados Unidos han provocado que la popularidad de México entre los creadores de historias vaya en ascenso. 

En este sentido, Netflix ha aprovechado el suelo mexicano para la creación de contenido dirigido principalmente al mercado latino, “Club de Cuervos”, que fue su primera serie original en México en 2015 y desde entonces ha invertido en algunas otras producciones. 

La ganadora del Oscar, “Pinocho” de Guillermo del Toro, tuvo parte de su producción en El taller de Chucho, estudio de animación localizado en Zapopan, Jalisco. Asimismo, todos los materiales fueron adquiridos a proveedores localizados en la entidad. 

Recientemente, la plataforma de streaming estrenó la película “El último vagón”, la cual contó con talento mexicano frente y detrás de las cámaras y tuvo locaciones en Veracruz, Tlaxcala y Puebla.  

Para la realización de esta película, la producción contó con materias primas nacionales entre las cuales destacan cinco toneladas de fierro, 8.5 toneladas de madera y 480 kilogramos de papel reciclado. 

Si ponemos  la  lupa  en  el  sector  audiovisual,  se dibujan  dos  tendencias: por un lado, las plataformas de streaming están cada vez más interesadas en producir contenidos originales locales. Por otro lado, hay una creciente demanda a nivel global de los  contenidos  producidos  aquí,  tanto  en  español  como en  portugués,  lo que subraya el potencial  de  América  Latina y el Caribe como región exportadora audiovisual. Estas tendencias tienen impactos benéficos en la economía y la creación de empleos en la región

dijo Alejandra Luzardo, líder en Innovación y creatividad en BID.

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