Ikea y Hema anunciaron con bombo y platillo su llegada a México para 2020 hace unos meses, pero el inicio de operaciones estará plagado de dificultades a raíz de la pandemia por COVID-19.

Ambas empresas tendrán que atravesar desde una caída en la economía mexicana; altos niveles de desempleo; medidas restrictivas de movilidad y de concentración de personas en establecimientos comerciales, hasta el reto que significa introducir una marca y concepto nuevo a un país.

Las dificultades son grandes para una empresa que empezará operaciones en medio de una crisis. Cuando una marca no es conocida, lleva tiempo para que la empresa eduque al mercado sobre su propuesta de valor y con las medidas de sana distancia, así como de autoreclusión, lo dificultará más

dijo Evodio Kaltenecker, profesor de negocios internacionales en el Tecnológico de Monterrey.

Ikea anunció en mayo de 2019 el inicio de operaciones en el país para el otoño de 2020; Hema lo hizo en febrero de este año, con la previsión de abrir su primera tienda este verano.

IKEA, de origen sueco, se especializa en la venta de muebles prácticos y de diseño con inspiración europea, mientras que Hema, fundada en Holanda, se caracteriza por la venta de artículos que abarcan la categoría de ropa hasta artículos de baño, belleza y alimentos.

Estas empresas dedicadas al consumo discrecional tienen la particularidad que el consumidor tiene que vivir la experiencia de compra de primera mano, más si son recién llegadas al país, por lo que la venta por internet es una apuesta peligrosa. Tendrán un difícil inicio

comentó Marisol Huerta, analista de consumo en Banco Ve por Más.

En el caso de Miniso -tienda con un formato similar al de Hema- tardó casi tres años y medio en inaugurar su plataforma para compras vía internet pues, su estrategia se dirigió “a la tienda física, crecer, que la gente nos vea y conozca”, dijo Arturo Tishman, vicepresidente comercial de Miniso a EL CEO en una entrevista en mayo.

Ikea mencionó desde un principio que, la tienda física y en línea irían de la mano e incitarían operaciones de forma simultánea.

En una entrevista concedida a Expansión, la empresa comentó que no tenían una fecha exacta para iniciar operaciones en el país como consecuencia de la emergencia sanitaria.

EL CEO contactó a ambas empresas, pero al cierre de la edición no obtuvo respuesta.

Los especialistas en economía del sector privado encuestados por Banco de México estimaron una contracción de 7.99% del PIB para este año en donde la mayoría de los consultados consideraron que es un mal momento para realizar inversiones.

En tanto, tan solo durante marzo, abril y mayo, se perdieron 1 millón 30,366 empleos registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMMSS), frente a las apneas 342,000 plazas creadas este año.

¿Qué opciones tienen las empresas?

A pesar de los retos que tendrán que enfrentar ambas firmas, existen algunos puntos que pueden implementar para poder sortear con éxito la situación.

Entre ellos está el recorte en el tamaño de operación planeada en México, para que las marcas se adapten a un mercado con menores ingresos y a un flujo disminuido de clientes.

Otra cosa importante es enfatizar la situación y convencer a los usuarios de que sus productos ofrecen soluciones adecuadas a esta nueva normalidad

comentó Kaltenecker.

En el caso de Ikea, añadió, podría explotar el trabajo en casa para vender equipamiento del hogar que facilite la labor con escritorios, sillas y otros muebles.

Además, se podría llegar a utilizar el recién estrenado Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en beneficio de éstas y nuevas compañías que tengan planes para desembarcar en el país.

“Es una venta de oportunidad que las empresas más inteligentes logren aprovechar. Muchas empresas en México están aquí por el mercado nacional, pero aprovechan su ubicación para enviarlos a otros lo que convierte al país en un centro de manufactura y de logística global”, dijo el académico.