La compañía de renta de automóviles Hertz pidió protección por bancarrota este viernes en Estados Unidos y Canadá, poco después de despedir a más de 10,000 empleados en Norteamérica ante el impacto de la pandemia del coronavirus a la industria turística.
Hertz tenía alrededor de 38,000 empleados al cierre de 2019, lo que la convierte en una de las mayores empresas en quebrar debido al impacto del COVID-19, detalló Reuters.
“El impacto de la covid-19 en la demanda de viajes fue repentino y dramático, lo que provocó una fuerte caída de los ingresos de la empresa y de las reservas futuras”, dijo la compañía en un comunicado.
Hertz dijo que tomó “medidas inmediatas” para priorizar la salud y la seguridad de los empleados y clientes y eliminar “todos los gastos no esenciales”.
La semana pasada, JC Penney presentó su solicitud de protección por bancarrota, tal como lo hicieron Neiman Marcus y J. Crew a inicios de mayo.
La empresa con más de 100 años de antigüedad fracasó en las pláticas con sus acreedores para lograr un respiro ante su deuda de más de 19,000 millones de dólares.
La solicitud de protección bajo el Capítulo 11 fue presentada en Delaware y no incluye sus operaciones internacionales en Europa, Australia y Nueva Zelanda.
Las restricciones a los viajes afectaron enormemente a Hertz, pues una gran parte de sus ingresos proviene de la renta de vehículos en aeropuertos. Aunque la empresa intentó recibir apoyos federales como los que recibieron las aerolíneas, no tuvo éxito.
El multimillonario inversionista Carl Icahn es el principal accionista de Hertz: posee casi 39% de la empresa.
Este viernes, en las operaciones tras el cierre del mercado, las acciones de Hertz se desplomaron 35.56%, a 1.83 dólares. En la sesión, cayeron 7.49%, con lo que acumularon una pérdida de 82% en lo que va de 2020, pues cerraron el año pasado en 15.75 dólares por título.
Con información de AFP y Reuters