Grupo Siete se estrena en la Frecuencia Modulada (FM) en la CDMX con la 92.1, una estación que se convierte en la ‘joya de la corona’ para la agrupación de radiodifusores que ‘se enciende’ bajo una apuesta para captar a la Generación X, en un momento de constante cambio para la industria que demanda una revisión profunda de la situación de la radio en México.
La entrada de nuevos jugadores a la radio comercial tras la reforma en Telecomunicaciones y Radiodifusión marcó una nueva era dentro de la radiodifusión en el país, con cambios que, en opinión de algunos jugadores de la industria, no han sido del todo favorables.
Justamente este nuevo contexto en la industria provocó que las reglas del juego cambiaran y, por ende, que los jugadores operaran de manera distinta, comentó Karen Sánchez Abbott, vicepresidenta de Grupo Siete y directora general de Radio del grupo, en entrevista con EL CEO.
La radio es un servicio de interés público, por lo que el Estado debe de ser garante de que estemos en condiciones de operar de manera exitosa y que seamos un negocio
dijo Sánchez Abbott.
En su opinión, la importancia de que la autoridad reguladora estudie a profundidad el estatus y necesidades de la industria radica en que identifique la necesidad de que la radio esté económicamente sana, además de que impere la libertad de expresión y de contenido editorial.
Los retos de la industria
Para la empresaria, la nueva escena ha generado no solo mayor competencia y condiciones desiguales entre los jugadores –según el tipo de concesión que posean–, sino que además no se han erradicado prácticas desleales como las radios piratas y tampoco se ha hecho un análisis sobre las condiciones para asignar espectro más allá de los fines recaudatorios.
En la opinión de Sánchez Abbott, si bien la radio es un servicio maduro que ha crecido de manera relevante, cuya presencia y penetración en el país no supera a ningún otro medio, también ya está saturada.
Licitar emisoras solo por el hecho de que hay espectro no es una decisión inteligente; la saturación de los mercados hace que las emisoras sean menos rentables, y eso nos pone en aprietos
comentó la empresaria.
En ese sentido, precisó que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) debe ser muy responsable para evaluar la capacidad económica y de competencia efectiva en las plazas donde pretende licitar, para que precisamente haya cabida para que haya más competencia.
Entre las principales demandas de Grupo Siete está la evaluación de la fórmula de la contraprestación vigente, que obliga a los radiodifusores a pagar altas cifras que superan la capacidad económica de los radiodifusores, así como la revisión de la reforma electoral que los fuerza a transmitir de manera gratuita spots que antes cobraban.
El desafío de la audiencia
Grupo Siete nació hace poco más de cuatro décadas y, desde entonces, se ha enfocado en fortalecer su presencia en diferentes localidades. Actualmente opera 15 estaciones en diferentes plazas del país, incluida la 92.1 FM, una frecuencia que durante 26 años fue operada por Grupo Radio Centro y en la que sonó La Zeta y Universal Stereo.
La identidad de X FM 92.1 nace de la necesidad de tener en el cuadrante de la CDMX una estación que tuviera identidad que generara lealtad en el público radioescucha, cuyo contenido transita entre las noticias, el análisis y la música.
La directora general de radio de Grupo Siete señaló que la diferencia con otras estaciones se centra en la apuesta por una frecuencia que tenga una parte hablada y una parte musical, la cual tiene como principal desafío recuperar una posición en la audiencia luego de estar en manos de Grupo Radio Centro durante tantos años.
Los cambios de programación bajo la batuta de Francisco Aguirre modificaron el posicionamiento de la 92.1 FM, un elemento que formó parte de los muchos cambios que vivió ese grupo radiofónico en los últimos meses.