Ford estima que su pérdida ascienda a 5,000 millones de dólares para el segundo trimestre del año, desde los 2,000 millones del primer trimestre, pero afirmó que pese a la crisis tiene suficiente dinero para operar el resto del año.
Creemos que el efectivo de la compañía es suficiente para llevarnos hasta el final del año, incluso sin ventas adicionales de vehículos o acciones financieras
dijo en un comunicado el jefe de Finanzas, Tim Stone.
Sin embargo, Stone calificó el entorno económico actual como “demasiado ambiguo” para que el segundo fabricante de automóviles de Estados Unidos entregue un pronóstico de ganancias para todo el 2020.
La compañía ha recortado los costos durante el brote de COVID-19 para enfrentar el confinamiento, incluida la reducción de los salarios de los ejecutivos y empleados administrativos.
La automotriz también redujo el gasto en proyectos, y aseguró que retrasará sus servicios de vehículos autónomos comerciales por un año hasta 2022 y que decidió no desarrollar el vehículo deportivo utilitario eléctrico Lincoln de lujo previamente anunciado en asociación Rivian, el fabricante de vehículos eléctricos.
Actualmente, el valor de mercado de Ford es de 20,600 millones de dólares, menor que los 35,100 millones de dólares en efectivo que tenía el 24 de abril, una indicación de que los inversionistas esperan que la compañía gaste cantidades significativas de efectivo antes de que se produzca una recuperación.
Ford había anunciado a principios de este mes la pérdida del primer trimestre alimentada por la pandemia. Esa advertencia llegó el mismo día en que la compañía con sede en Dearborn, Michigan, emitió 8,000 millones de dólares en deuda.
El mes pasado, Ford decidió acumular efectivo en su balance general, retirando 15,400 millones de dólares de dos líneas de crédito y suspendiendo su dividendo, en un movimiento para reforzar las reservas para evitar daños a su negocio.
Prácticamente toda la producción automotriz de Estados Unidos se paralizó en marzo a medida que el número de infecciones por COVID-19 crecía rápidamente.
Sin embargo, con la presión de Donald Trump para que los estadounidenses vuelvan a trabajar y varios estados del país reabriendo sus economías, el enfoque en el sector automotriz se ha desplazado hacia cuándo se puede reiniciar la producción.
En una conferencia telefónica el martes, Stone dijo que la compañía reiniciaría la producción estadounidense “tan pronto como sea posible”, pero no dio un cronograma.