La agencia calificadora Fitch Ratings aseguró que la obstinada participación del Gobierno de México en Petróleos Mexicanos (Pemex) ha afectado negativamente en la recuperación de su calificación y no le permite aprovechar los precios altos del petróleo. 

De acuerdo con el análisis “¿Qué se necesita para cambiar la calificación?”, elaborado por Saverio Minervini y Carlos Morales, Pemex no está aprovechando el alza en los precios del hidrocarburo para fortalecerse y evolucionar hacia “una empresa de energía sostenible y confiable”.

Para 2022, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) espera que el subsidio a las gasolinas sea de 430,000 millones de pesos, lo que evita la entrada de mayores recursos fiscales y merma las ganancias generadas por los altos costos de la mezcla mexicana de exportación.

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Los analistas previeron que si el precio cae hasta los 68 dólares por barril, como estima el Gobierno mexicano para 2023, esto permitiría “continuar con la eliminación gradual del estímulo fiscal a través de la reducción del impuesto al consumo de gasolina (IEPS), restaurando los ingresos de esta fuente”.

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Pemex y su cambio de nota

Sin embargo, para lograr modificar su nota crediticia, la empresa petrolera mexicana debe mejorar su propio perfil crediticio hasta un “b”, desde “ccc-”, según afirman los expertos de la agencia internacional. 

Actualmente, la calificación general de la paraestatal se sitúa en “BB-”, es decir, tres escalones por debajo de la calificación soberana de México de “BBB-” con perspectiva “Estable”.

De acuerdo con los analistas, dicha calificación de la empresa se debe “al débil apoyo del Gobierno, que hasta la fecha ha sido insuficiente e incierto”.

Además, el estudio menciona que el Gobierno de México ha apoyado financieramente a Pemex con reducciones de su tasa impositiva efectiva, conocida como Derecho de Utilidad Compartida (DUC), así como con inyecciones de capital a la empresa y mayores transferencias para la inversión pública de la petrolera mexicana y sus proyectos relacionados con la generación de energía.

De acuerdo con los analistas de Fitch, esta “continua necesidad de recursos fiscales” para Pemex ha llevado a un ajuste de nivel negativo para la evaluación de la calificación soberana dada en mayo pasado, pues afirman “que es probable que el apoyo afecte negativamente las finanzas públicas”.

Sin embargo, la calificadora descartó un mayor deterioro de la calificación soberana de México en el corto plazo debido a la posición financiera de Pemex.

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Con información de EFE