Latinoamérica es la segunda región en el mundo que crece más rápido en el mercado de entrega de comida en el mundo. En apenas cinco años casi ha cuadruplicado el valor de sus ventas por esa vía para alcanzar los casi 30,000 millones de dólares en 2019.
Al ser una de las zonas con un menor desarrollo y penetración de internet, su crecimiento puede ser aún más acelerado.
En primer lugar, está la región de Asia, pues al cierre del año pasado su valor era de cerca de 100,000 millones de dólares, de acuerdo a un estudio de la consultora de mercados Eruomonitor International.
Dentro de los diferentes países de la región, México es el que posee la mayor oportunidad de crecimiento, pues, del total de ventas de comida en el país, el delivery representa apenas un 6%.
En cambio, países como Colombia, Argentina y Brasil, el peso es superior al 10%.
México muestra una gran demanda; sin embargo, en casa las ventas de entrega todavía representan solo una pequeña proporción de las ventas totales de servicios de alimentos en comparación con otros países, lo que significa que hay una oportunidad para capturar más del mercado a través de este canal
indica el reporte.
En el país los principales jugadores del segmento son Uber Eats, Sin Delantal y Rappi. El primero tiene la mayor cobertura geográfica y utiliza el nombre de Uber como símbolo de reconocimiento. Sin Delantal se especializó en las cocinas locales o “fondas”, mientras que Rappi se caracteriza por la innovación de nuevas divisiones verticales de su negocio.
Repartidores con poca protección ante COVID-19
Los repartidores de las plataformas trabajan bajo un esquema de socios, por ende, la empresa no cuenta con obligaciones sobre estos. Es una forma de autoempleo, donde es la persona recibe una cuota sobre las ventas que se hagan al día.
Además, los repartidores tienen que ser dueños del medio de transporte ya sea bicicleta o motocicleta. La compañía solo proporciona la mochila térmica para guardar los alimentos.
Una nota de Bloomberg, expone como ante el avance del coronavirus en el mundo, surge una suerte de explotación laboral por parte de las grandes empresas, donde se desentienden de derechos laborales, de contrato y otras responsabilidades.
Hasta el momento, la plataforma Didi, es la única que ha tomado medidas para sus trabajadores, pues creó un fondo de 10 millones de dólares para apoyar a sus socios conductores y repartidores que fueron diagnosticado con COVID-19.
El fondo apoyará a los conductres en los mercados de México, Australia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Panamá y Japón, aunque aún se determina la cantidad que cada uno recibirá.