A casi dos años de la llegada de la pandemia de COVID-19 a México, los directivos de las empresas en el país han aprendido a navegar mejor en un entorno cambiante y se muestran más positivos, aunque sus planes de inversión están lejos de volver a niveles prepandemia.

De los 1,383 participantes encuestados por KPMG México, solo 14% prevé retomar los planes de inversión que tenía antes de la contingencia sanitaria en 2022, lo que representa una caída respecto a la edición previa, donde 36% de los ejecutivos estimaba que en este año volvería a esos niveles.

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En tanto, un 40% manifestó que estaba por definirse, un incremento respecto al 32% que expresó algo similar en la encuesta del año pasado. El 28% cree regresar a estos planes en 2023 y 18% en 2024, indicó la encuesta de “Perspectivas de la Alta Dirección en México”.

 Nos están mandando un mensaje los altos directivos de que probablemente las nuevas inversiones no van a venir tan boyantes para este año

dijo Ricardo Delfín, socio líder de Clientes y Mercado de KPMG en México y Centroamérica.

El especialista apuntó que esto se debe a que los ejecutivos están a la espera de señales que les den confianza en que habrá crecimiento macroeconómico más allá del rebote derivado de la reapertura de actividades.

También influye el manejo de las presiones inflacionarias y que se siga mandando un mensaje de solidez desde los organismos y reguladores autónomos, agregó.

Recientemente, el Fondo Monetario Internacional recortó la expectativa de crecimiento económico para México de 4% a solo 2.8% en 2022. En tanto, Banco de México prevé que la inflación comenzará a descender desde su pico de 7.36% a partir del primer trimestre, pero no volverá al rango objetivo, de 3% +/- un punto porcentual, hasta 2023.

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En este entorno, el 64% de los encuestados consideró que el principal reto de negocio será asegurar la confianza de los inversionistas, mientras 55% dijo que será contar con reguladores autónomos e instituciones sólidas, 48% el garantizar liquidez y financiamiento de las empresas y 43% respondió que adaptar la fuerza laboral para fortalecer la recuperación económica.

Mejores ventas

La mayoría de los directivos encuestados (82%) también manifestó que en las ventas por sector en 2022 serán superiores a las del año pasado. 

En tanto, 77% espera que las ventas por empresa incrementen en el primer semestre de 2022, mientras 86% considera que lo harán en el segundo semestre y 89% durante los próximos tres años.

El trabajo pospandemia

Las medidas para contener la propagación de la pandemia en 2020 llevaron a miles de empresas a implementar el trabajo remoto (home office) y aunque en 2021 el avance paulatino de la vacunación ayudó a volver a las oficinas parcialmente, el regreso al modo totalmente presencial no está en los planes de la mayoría de las empresas.

Aunque el 49% de los encuestados dijo que la mayoría de sus colaboradores estarán en las instalaciones de la empresa, solo 19% prevé que esto ocurra de forma permanente. En su lugar, las empresas se inclinan por un esquema híbrido, que 57% de los entrevistados dijo que ya se implementa.

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En este sentido, Ricardo Delfín mencionó que el home office pasó de ser una modalidad excepcional a una forma de retener al talento que se ha vuelto tan importante como las prestaciones.

 Corres el riesgo de perder talento si la empresa de al lado está ofreciendo esquemas flexibles de trabajo a distancia

  dijo.

La dinámica de trabajo híbrido también se refleja en la estrategia inmobiliaria de las empresas, ya que 46% de los ejecutivos dijo que la mantendrá sin cambios, mientras 31% dijo que cambiará la cantidad de espacio rentado, 15% aprovechará los espacios de coworking y 8% buscará esquemas flexibles de arrendamiento.

En cuanto a la reforma a la subcontratación laboral que entró en vigor el año pasado, el 45% de los encuestados consideró que no tuvo ningún impacto operativo, mientras 41% consideró que fue negativo y solo 14% lo vio positivo.

Los ejecutivos indicaron que los cambios de mayor dificultad fueron los temas laborales (24%), cambios logísticos o de proveedores (19%) y reestructura corporativa (17%).