Deutsche Bank registró utilidades en 2018, después de tres años de pérdidas y espera mantener en 2019 un “crecimiento controlado”.
El primer banco alemán anunció este viernes una utilidad neta anual de 267 millones de euros, tras las pérdidas de 751 millones en 2017 y de 8,200 millones acumulados en 2015 y 2016.
“Nuestro regreso a la rentabilidad muestra que Deutsche Bank está en el camino correcto”, dijo el presidente ejecutivo, Christian Sewing, quien asumió el cargo en abril pasado y se ha embarcado en planes para recortar más de 7,000 empleos como parte de una reestructuración del banco.
El resultado es, sin embargo, inferior a las previsiones de los analistas consultados por el proveedor de datos financieros FactSet, que apostaban por 505 millones de euros.
Otro dato que ensombrece el futuro: en el último trimestre del año, Deutsche Bank registró pérdidas netas de 425 millones de euros, por encima de lo esperado.
Pese a los beneficios en 2018, la entidad con sede en Fráncfort sigue siendo menos competitiva que sus equivalentes en Estados Unidos y en Europa, como Banco Santander o BNP Paribas.
La facturación anual cayó 4% en relación a 2017, hasta 25,300 millones de euros, con una erosión de los ingresos en la banca de inversión y la gestión de activos. El sector de la banca minorista, que se fusionó Postbank, apenas se está estabilizando.
La mayor entidad financiera de Alemania ha estado tratando de reactivarse bajo la dirección de una nueva cúpula, pero se ha enfrentado a una serie de obstáculos, como las denuncias por presunto lavado de dinero, las rebajas de calificaciones de deuda y fallidas pruebas de estrés.
Deutsche Bank también se ha convertido en objeto de crecientes especulaciones de fusión con Commerzebank, y las cifras de ganancias del viernes ponen de relieve que la compañía aún tiene un largo camino por delante para registrar ganancias sostenibles.
Con información de Reuters y AFP