La pandemia del COVID-19 ha cambiado las perspectivas de las empresas manufactureras estadounidenses de cara a la localización de sus unidades productivas, lo que abre la puerta a posibles reducciones en los costos operativos.

Si los manufactureros de Estados Unidos decidieran mover su producción fuera de China, podrían reducir sus costos operativos un 23%, en promedio, si se trasladaran a otra nación de bajo costo.

O, incluso, un 23% si optaran por México, según el reporte de PwC titulado ‘Más allá de China: Hacia una mayor diversificación y eficiencia de costos en las cadenas de suministro’.

El reporte apunta que la dependencia principalmente de China, por las ventajas que ofrece en materia de costos y escala, así como el impacto de la crisis sanitaria, están obligando a las empresas a ampliar más sus horizontes y pensar en otras ubicaciones, como es el caso de México.

El documento presenta más opciones atractivas para las cadenas de suministro global, por motivos diversos como, por ejemplo el costo del destino, los tiempos de entrega o el factor riesgo.

El 80% de las importaciones manufacturadas en China podrían capturar eficiencias de costos si se produjeran en otros LCC asiáticos, como Malasia, Vietnam o Tailandia, entre otros.

Diversificación frente a un entorno volátil

De acuerdo con la CFO Pulse Survey de PwC, el 38% de los los encuestados en México y el 25% en Estados Unidos consideran que el desarrollo de opciones alternativas de abastecimiento y/o cambios en los términos contractuales de la cadena de suministro es de suma importancia para reconstruir o mejorar sus fuentes de ingresos.

Por otro lado, según la encuesta sobre las cadenas de suministro, el 16% de las empresas norteamericanas que operan en China ya tenían planes para reajustar su producción o sus fuentes de abastecimiento previo a la pandemia.

Si bien es todavía prematuro para anticipar cambios completos en cuanto a la localización de las cadenas de suministro, la actual crisis y la búsqueda de nuevas alternativas de abastecimiento generarán la necesidad de establecer modelos mixtos

Carlos Zegarra, socio de Management Consulting en PwC México

Esto, con el objetivo de reubicar geográficamente los diferentes nodos de los procesos productivos, buscando el balance adecuado entre el nivel de resiliencia y el costo de operación.

En ese sentido, la perspectiva para México es positiva y podría ayudar a desarrollar aún más este sector y el crecimiento económico del país.

El reporte prevé que los manufactureros estadounidenses opten por diversificar su presencia internacional bajo escenarios de doble abastecimiento con los que podrían abaratar la producción entre el 5 y el 20%, en comparación de optar solo por China.

Las oportunidades de México

Entre las principales ventajas que ofrece México destaca la entrada en vigor del T-MEC -que dota de mayor estabilidad a las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos- y el costo de la mano de obra mexicana, que se mantiene competitivo con respecto a los países emergentes frente al aumento de los precios en China.

A éstas se suma el bajo importe logístico o la consolidación de la industria maquiladora, que promueve una manufactura competitiva y estimula la generación de empleo.

Foxconn, principal ensamblador del iPhone, evalúa instalar nueva planta en México.

Si se consideran todos estos factores, las empresas manufactureras, en general, y las estadounidenses, en particular, deberán autoevaluar su cadena de suministro para saber si es necesario reajustar su presencia global, agregó Zegarra.

No obstante, para el especialista México está en condiciones de brindar una mayor diversificación y una eficiencia de costos, pudiendo atenuar las disrupciones comerciales y geopolíticas que las compañías estadounidenses han tenido que ponderar en los últimos años.