Las empresas que prestan servicios a los grandes productores de crudo dependen mucho de sus contratos a largo plazo, y su poca capitalización podría ponerlas en peligro de desaparecer durante este periodo de crisis, lo que podría presentar retos una vez que la producción vuelva a una normalidad relativa.

“Finalmente es un tema de cadenas productivas donde, si las empresas recortan operaciones, lo primero que van a recortar son servicios que no estén directamente relacionados a la producción, explicó Érick Sánchez Salas, Business Developer de IHS Markit.

Es probable que se reduzcan los pozos nuevos, cementación, terminación, nuevos equipos o insumos, no habrá consumo de ello y ya varias de ellas han anunciado recortes importantes de personal. Durante periodos como este suelen ser las que tienen mayor sensibilidad, agregó.

En 2014, varias empresas ya se habían visto obligadas a adoptar medidas para reducir costos, tales como la automatización.

Sánchez resaltó que existen elementos para pensar que estamos a las puertas de una segunda ola de automatización para reducir aún más los costos frente a otra posible eventualidad como la que enfrentan actualmente.

Algunas empresas de servicios a nivel mundial tienen alternativas para evitar la bancarrota, sobre todo en regiones como Texas, donde la industria del shale oil se verá seriamente afectada. “Tienen la ventaja de decir: ‘yo me declaro en impago, ya cerré, liquidemos los activos y te toca lo que te tocó’. Es un mecanismo conocido”, destacó David Rosales, Socio de Midstream & Downstream en la consultora Talanza Energy.

Empresas en Japón y el mundo árabe, tienen opciones de descartar cualquier crecimiento durante este año sin tener que enfrentarse a una quiebra definitiva.

“Sin duda habrá algunos perdedores y habrá a quien tome en el peor momento de su historia, pero en general será más grave en países complejos como México, Nigeria y probablemente Colombia”, explicó Rosales.

El caso de México es particularmente crítico porque las empresas de servicios se encuentran atadas a la factibilidad de los proyectos de Pemex.

Analistas han mencionado que la coyuntura hará cada vez menos atractivos estos proyectos para empresas de servicios extranjeras, lo que debería traer más oportunidades a las mexicanas, pero también podría castigar los precios, y agudizar las dificultades que Petróleos Mexicanos está teniendo para cubrir estos contratos.

“Yo creo que las empresas de servicios sí tenían una señal clara de que había que poner a producir a Pemex a toda cosa, a pesar de la opacidad con la que se dieron los contratos. El problema es que Pemex dejó de pagar, y si pudiera regresar a la situación que tenía antes de la crisis ayudaría mucho, pero eso no va a pasar: es una utopía pensar que puede mantener el ritmo de producción que traía antes con los precios actuales”, dijo Rosanety Barrios, analista energética.

Rosales explicó también que algunas empresas estaban recurriendo a factoraje financiero con Nacional Financiera para poder cobrar parte de sus facturas pendientes, pero que la institución financiera podría quedarse sin los recursos suficientes para otorgar estos servicios, debido a las medidas de austeridad que está tomando la administración federal.

“Lo que están trabajando no se los van a pagar y no van a tener muchos servicios nuevos”, señaló.