La Secretaría de Energía ha mencionado en distintas ocasiones que está preocupada por la confiabilidad de la red eléctrica nacional; sin embargo, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) tiene a su disposición el código de red, una herramienta para revisar los planes de trabajo de las empresas que operan en el mercado, la cual espera una actualización desde hace meses, por lo que no está siendo utilizada.

“Anteriormente, la seguridad de la red estaba a cargo de CFE como único operador del mercado eléctrico. A partir de la entrada de la reforma se hace partícipes a los privados de la seguridad de la red. Para eso sirve el código de red”, señaló Víctor Ramírez, analista del sector.

El experto dijo que el primer reto para este marco normativo es su carácter de no retroactividad, lo que impide que los generadores de CFE cumplan con las reglas que establece. Esto ha provocado que el código sufra violaciones en el pasado, por ejemplo, los acuerdos de confiabilidad de Cenace y Sener, que contradecían sus procedimientos y criterios.

Ramírez dijo que la CRE no le ha dado seguimiento a los códigos de la red, y que esto complica la operación diaria del sistema eléctrico, pues permite la formación de huecos que la autoridad no está atendiendo.

“Ha sido por un asunto de ignorancia sobre la importancia para el propio regulador, y de la importancia que tiene para evitar apagones y disminuir la propensión a episodios negativos que se derivan en interrupciones. El tema ha sido abandonado por el regulador, que tiene la obligación de ir verificando el cumplimiento y no lo ha hecho”, lamentó Ramírez.

Actualmente existe un código de red que sirve como marco normativo para la inspección de los planes de trabajo de las empresas participantes en el mercado; y también existe un plan para actualizar el código de red, proceso que ha visto múltiples obstáculos y que se ha atorado en consulta pública al interior de la Comisión durante meses.

Ramírez explicó que los cambios al código de red propuestos en la actualización son menores, y que la mayoría de ellos parecen adecuados, pero advirtió que la espera por esta actualización no debería ser causal para que el regulador no busque garantizar el cumplimiento del código actual.

“El periodo para presentar programas de trabajo y para que el código se hiciera exigible ocurrió en 2021, y yo no tengo conocimiento de que la autoridad esté haciendo las inspecciones pertinentes a pesar del reciente incremento en las interrupciones a la red eléctrica”, detalló.

Una fuente que prefirió no ser identificada destacó los cambios que la CRE ha atravesado durante el proceso de consulta pública del código de red. “Está en consulta pública desde septiembre de 2019, y es uno de los temas cruciales de la industria eléctrica. Quien era el responsable del tema ya no está en la CRE y ahora se nombró a una persona que solía trabajar en la Comisión Federal de Electricidad, lo que genera incertidumbre sobre su futuro”, dijo.

La fuente destacó que la iniciativa obtuvo más de 5,000 comentarios, y la CRE tenía el mandato de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria de atender todos ellos, por lo que había estado dando actualizaciones paulatinas sobre su avance.

La inclusión de un supervisor relacionado con la CFE podría no ser el mayor de los problemas, pues la fuente recordó que la propia naturaleza del código sólo afecta a los nuevos participantes del mercado, lo que hace más importante que la normativa sea inspeccionada para eliminar el mayor número de amenazas, sin la posibilidad de forzar cambios en la compañía estatal.

Ramírez dijo que es complicado calcular el impacto que una correcta inspección tendría en la confiabilidad de la red, pero destacó que esto se alínea con el discurso que la administración ha sostenido sobre el mercado de generación eléctrica, y que las inspecciones al código de red sería un mensaje claro de que esto sí es una prioridad y no un pretexto para impulsar su agenda.