El cierre no programado de las refinerías de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Tula, Hidalgo y Salina Cruz, Oaxaca, podría dificultar su objetivo de refinar 1.1 millones de barriles diarios de crudo para finales del año, según un análisis de REDD Intelligence.

La refinería “Miguel Hidalgo” ubicada en Tula registró un accidente la semana pasada en dos de sus unidades de hidrodesulfuración, que provocaron una explosión, por lo que se paralizó por completo la producción, de acuerdo con fuentes consultadas por la agencia.

Lo anterior añade presión sobre Pemex, que ha luchado por elevar el procesamiento en todo el Sistema Nacional de Refinación, pero con resultados que no han sido los esperados. 

Como ejemplo, entre junio y julio, la refinación en Tula registró niveles mínimos no vistos desde 1993, explicó Susana Cazorla, CEO de SICEnergy.

Pemex avanza en exploración mientras la refinación se estanca

En Salina Cruz, la refinería “Ing. Antonio Dovalí Jaime” redujo la producción a 120,000 barriles diarios durante la última semana de octubre debido a labores de mantenimiento.

El volumen de procesamiento de Pemex tuvo un nivel de 680,097 barriles por día en septiembre, sin embargo, los cierres en Tula y Salina Cruz tuvieron un impacto en las cifras de octubre, mes en el que la compañía dirigida por Octavio Romero Oropeza refinó en promedio 600,000 barriles diarios.

La meta de Pemex de refinar 1.1 millones de barriles diarios en diciembre responde al discurso de “autosuficiencia energética” del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Con ello se busca satisfacer la demanda de gasolina y diésel con producto nacional y reducir el volumen de importaciones, a pesar de los bajos precios disponibles en el mercado internacional, resultado de las afectaciones de la pandemia de COVID-19 en el mercado.

Para lograrlo se requeriría un aumento de 500,000 barriles diarios de la producción actual que permitiría a México alcanzar niveles no vistos desde 2016.

Urge inversión en mantenimiento

La falta de inversión en infraestructura de mantenimiento, además de una acumulación de inventarios por los cierres, también pesan sobre los planes de Pemex.

La compañía necesita un mayor flujo de capital para el sistema de mantenimiento y contratar a empresas especializadas para los trabajos y no a empresas locales que muchas veces no cuentan con la experiencia suficiente, coincidieron las fuentes consultadas por REDD Intelligence.

El presupuesto asignado por el gobierno federal para el Sistema Nacional de Refinación en 2021 disminuyó 45.9% en términos reales, a 7,000 millones de pesos, situación que podría recrudecer los problemas de mantenimiento en el sistema y que incluso se traducirían en accidentes.

Tras el incidente en Tula, la refinería acumula alrededor de 453,000 barriles de gasolina sin procesar que deben pasar por el proceso de refinación y que Pemex no puede vender porque se requieren otros procesos.

La demanda de combustible aún es débil en el país (…) Pemex no puede mover el producto lo suficientemente rápido para seguir produciendo, especialmente en la refinería de Tula donde los ferrocarriles están bloqueados por protestas locales

dijo una fuente interna de Pemex