Por el potencial cierre de la refinería de Cadereyta, ubicada en Nuevo León, se perfila que superen los gastos de la clausura de operaciones de las refinerías de Filadelfia en Estados Unidos y Azcapotzalco en la Ciudad de México.

Las estimaciones surgen a partir de diferentes documentos y analistas consultados por EL CEO y de los dos casos más cercanos sobre el cierre de refinerías.

El estudio Philadelphia Energy Solutions (PES) Refining and Marketing LLC Complex Remedial Investigation Reports Review, señaló que la clausura de la refinería de Filadelfia Energy Solutions en Estados Unidos representó un desembolso máximo estimado en 3,000 millones de dólares.

En contraste, el proceso de cierre de la refinería de Azcapotzalco, conforme a documentos oficiales del gobierno federal mexicano, implicó un costo de 550 millones de dólares.

El cierre de la refinería de Cadereyta rondaría un costo aproximado de más de 3,500 millones de dólares por su clausura, de acuerdo con el analista energético, Ramses Pech.

El impacto económico de cerrar la instalación de Nuevo León es mayor en comparación con los casos previos mencionados, lo que evidencia no solo la complejidad y los retos financieros asociados a este tipo de operaciones, sino también la importancia estratégica de Cadereyta dentro del panorama energético y económico nacional, dijo Pech en entrevista.

El analista argumentó que la diferencia que hay con la situación de Cadereyta recae en su papel crucial en la matriz energética de México

Su cierre no debe ser considerado ligeramente. A diferencia de Azcapotzalco y Filadelfia, esta refinería aún cumple con una función esencial en la producción y suministro de energía en el país, representando 28% del total en la producción nacional de gasolina y diésel.

“El impacto económico y social que implicaría el cierre de Cadereyta, particularmente se relaciona a la pérdida de empleos directos e indirectos vinculados a la operación de la refinería. Además, subraya la complejidad de reemplazar la capacidad productiva de Cadereyta”, comentó.

En tanto,  el investigador en Transición Energética y Medio Ambiente del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), César Augusto Rivera, señaló que el cierre de una  refinería no debe tomarse a la ligera, sobre todo por las implicaciones del actual plan de negocios de Pemex.

“Un cierre total y de inmediato si bien puede traer beneficios a la salud, que es muy importante, también puede generar grandes impactos a las finanzas. Se debe tener mucho cuidado y no tomar a la ligera”, señaló a EL CEO.

Antes de que se tome una decisión de cierre, es necesario que que se que se aumente el debate en la definición de un nuevo plan de negocios de Pemex, estas nuevas definiciones deben de ir acompañadas de de costos de beneficios y de nuevas estrategias que que sí sean viables, recalcó Augusto Rivera.

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Fotoarte: Andrea Velázquez.

Tres refinerías, pero con situaciones diferentes

Ramsés Pech destacó que en el debate sobre el cierre de la refinería de Cadereyta se ha descuidado una consideración crucial: el destino del terreno propiedad de Pemex. Esta omisión señaló la falta de un plan integral para el cese de operaciones en la instalación.

“Se tiene que aprender de Azcapotzalco y Filadelfia, hay que ver lo que sucedió con estas refinerías en el momento de sustitución económica y ambiental. Ambos proyectos tomaron dos caminos diferentes, uno de recuperación del espacio y el otro tuvo una reconversión económica”, señaló.

La refinería de Azcapotzalco, que fue cerrada por su impacto a la calidad del aire, ocupaba 174 hectáreas y tenía una capacidad de 100,000 barriles. El proceso de desmantelamiento y remediación tomó cerca de 15 años (1992-2007). 

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Se transformó el sitio industrial en un espacio de esparcimiento vital para la Ciudad de México, albergando ahora parques y áreas verdes. 

Mientras que la refinería de Filadelfia, que cerró sus puertas después de un accidente, tenía una capacidad mucho mayor, de 335,000 barriles y extendiéndose sobre 526 hectáreas.

El proceso de cierre fue de cinco años (2020-2023), el antiguo sitio industrial ha dado paso a un centro de innovación en comercio electrónico, ciencias biológicas y logística.

petróleo caídas

¿Por qué se discute el cierre de Cadereyta?

El debate sobre el cierre de la refinería de Cadereyta ha estado latente desde que comenzó el año.

La situación comenzó cuando el secretario de Medio Ambiente en Nuevo León, Alfonso Martínez Muñoz,  interpuso una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) debido a las emisiones de contaminación provenientes de la Refinería de Cadereyta propiedad de Petróleos Mexicanos (Pemex).

A esto se suma que la regidora de San Pedro Garza García, Nuevo León, Vivianne Clariond, buscó que la Cámara de Diputados le entregara la constancia para iniciar el proceso de consulta popular destinado a abordar la reubicación de la Refinería de Cadereyta.

Ahora, con el arranque de las campañas a la presidencia de la República, la candidata Xóchitl Gálvez Ruiz dio a conocer que dentro de su plan energético está el proyecto de cerrar refinerías, incluida en primer lugar Cadereyta por sus emisiones contaminantes.

Xóchit Gálvez promete cerrar las refinerías de Cadereyta y Tampico
Xóchit Gálvez promete cerrar las refinerías de Cadereyta y Tampico

En declaraciones, Gálvez resaltó que si bien es crucial mantener un suministro constante de energía, esto no debe comprometer la salud de la población mexicana.

La candidata ha señalado que se debe partir del caso de Azcapotzalco. En ese momento se tomó la decisión porque la contaminación afectó gravemente el medio ambiente y la salud de la población.

“Y en el caso de Cadereyta, el problema con el azufre es criminal por la falta de mantenimiento. O sea, los equipos están fuera de operación y lo sabe el presidente y lo sabe Pemex”, indicó.

Xóchitl Gálvez señaló que también se ha generado opacidad en los indicadores de contaminantes por refinerías, ya que no se han publicados desde que arrancó la pandemia.

En tanto, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha señalado que el planteamiento de la candidata es “insostenible”, ya que sin Cadereyta las importaciones de gasolina tendrían que aumentar.

Se suma que este lunes 11 de marzo López Obrador pidió a Pemex hacer públicos los indicadores de contaminantes.

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