Wells Fargo, el tercer banco más grande de Estados Unidos, sufrió un cambio abrupto este jueves, tras la renuncia de su CEO, Tim Sloan, quien fracasó en sus intentos de convencer a consumidores y legisladores que las malas prácticas de la institución habían cesado.
Las acciones de la entidad financiera subieron 0.65% a 49.09 dólares al cierre del jueves y ganaron casi 3% en las operaciones electrónicas, mientras que este viernes bajaban x% a las 9:37 am (hora de la Ciudad de México).
Luego de que Sloan informó a la junta directiva de su decisión, efectiva a partir del 30 de junio, Allen Parker, quien funge como asesor general del banco, fue nombrado CEO y presidente interino.
De aumento salarial a renuncia en un mismo mes
A principios de marzo, la entidad financiera aseguró que Sloan merecía un aumento salarial del 5%, con lo que su remuneración llegó a 18.4 millones de dólares, por su trabajo en 2018.
Una muestra más del apoyo con el que contaba: cuando se difundió el rumor de que el banco estaba considerando a un exejecutivo de Goldman Sachs como posible CEO, el banco afirmó que Sloan tenía la plena confianza de su junta directiva, de acuerdo con CNBC.
Hace dos semanas, Sloan declaró ante el Congreso que había heredado grandes problemas cuando entró al cargo y que realizaba esfuerzos por repararlos.
Al renunciar, Sloan informó a la junta que sentía que su presencia era un obstáculo para la compañía, de acuerdo con una conferencia telefónica realizada el jueves con reporteros.
La salida de Sloan refleja “su creencia de que un nuevo CEO en este momento posicionará mejor a la compañía para el éxito”, comentó la presidenta del banco, Betsy Duke en un comunicado.
Los críticos del banco, incluida la senadora Elizabeth Warren, han dicho que Sloan estaba demasiado asociado con el banco para ser un agente de cambio efectivo.
Los escándalos de Wells Fargo
En los últimos años, Wells Fargo ha estado en el centro de una serie de noticias negativas.
En 2016, la entidad tuvo que pagar 185 millones de dólares por haber abierto más de 3 millones de cuentas no autorizadas por los clientes, mismas que ayudaron al banco a obtener más de 2 millones de dólares en ingresos.
El escándalo le costó el puesto al entonces CEO de la compañía, John Stumpf, y Sloan -quien se suponía debía limpiar el desorden- asumió el control en octubre de 2016.
En meses recientes, el banco fue demandado por las cuentas falsas, creadas por los empleados -pero con conocimiento del banco- para alcanzar sus metas de venta, y los costos legales ascienden a 1,000 millones de dólares.
Además de abrir hasta 3.5 millones de cuentas bancarias y tarjetas de crédito no autorizadas, Wells Fargo admitió haber cobrado a los clientes los créditos hipotecarios que no debían y los obligó a contratar un seguro de automóvil que no necesitaban, informó CNN.
Ambas prácticas llevaron a que gente perdiera sus casas y a que sus autos fueran embargados.
Recientemente, Wells Fargo comenzó a reembolsar a los clientes a los que que cobraba seguros de mascotas y otros productos que no habían sido contratados.