El 1 de diciembre de 2023 se inauguró el aeropuerto de Tulum ‘Felipe Carrillo Puerto’, una obra que llevaba más de una década ‘cocinándose’ en la Península de Yucatán.
En ese momento, la atención también se centró en Grupo Aeroportuario del Sureste (Asur), la compañía que opera tres de los otros cuatro aeropuertos de la región e, históricamente, se opuso a la construcción alegando posibles afectaciones.
Al momento de la inauguración, hubo algunos señalamientos que sugerían un impacto a los aeropuertos de Cancún, Cozumel o hasta Mérida, todos propiedad de Asur.
Diversos especialistas comunicaron que podría haber una reducción en las finanzas del grupo que mantiene la concesión de dichas terminales. Aunque, el aeropuerto de Tulum surgió ‘acostumbrado’ a recibir este tipo de afirmaciones, que lo acompañan desde el planteamiento durante el gobierno de Felipe Calderón en 2009.
A dos meses de la inauguración, el aeródromo Felipe Carrillo Puerto todavía no ‘roba’ parte del mercado de Asur en el sureste mexicano. Incluso, las cifras de pasajeros que pasan por las instalaciones de la compañía alcanzaron récords históricos al cierre de 2023 y superaron sus niveles prepandemia.
Tráfico de Asur ‘inmune’ a la competencia
Antes de la inauguración del aeropuerto de Tulum, analistas de Banamex proyectaron un descenso en el tráfico de pasajeros de las terminales de Asur en la Península de Yucatán. La terminal aérea más afectada habría sido la de Cancún, con una caída de entre 5% y 15% de los visitantes habituales.
En el primer mes de operaciones, Tulum registró un total de 39,768 pasajeros. Sin embargo, contrario a las expectativas, los aeropuertos de Cancún, Cozumel y Mérida todavía no reflejan alguna baja en sus afluencias.
La terminal de Cancún –que perfilaba a recibir más daños– anotó 3.02 millones de pasajeros durante diciembre de 2023, un crecimiento de 2.95% respecto al mismo periodo del año anterior y 725,464 pasajeros por encima de diciembre de 2019. Para enero de 2024, alcanzó los 2.9 millones de personas, el mejor primer mes del año registrado en la base de datos de Asur.
Mientras que el Aeropuerto Internacional de Cozumel, el geográficamente más cercano a Tulum y otros destinos de la Riviera Maya, también presentó un crecimiento.
Mostró 75,755 pasajeros durante diciembre del año pasado, un incremento de 5.84% comparado con el mismo mes de 2022. Por otro lado, enero de 2024 representó un récord máximo histórico para la terminal, pues alcanzó 77,678 pasajeros.
¿El Aeropuerto de Tulum ‘roba’ pasajeros a Cancún?
De acuerdo con el Dr. Rogelio Rodríguez Garduño, académico de la Facultad de Derecho de la UNAM y especialista en Derecho Aéreo y Constitucional, el aeropuerto de Tulum no está para tomar parte del mercado de Cancún, sino para atender a un nicho de pasajeros que desean acudir a zonas específicas de la Riviera Maya.
Cancún ya tiene una marca y seguirán volando hacia allá, pero estaba topado. No desarrollaron debidamente su infraestructura y mostraba capacidad limitada. Ahora algunos turistas irán a la Riviera Maya y otros a Cancún.
dijo el experto.
El especialista indicó que la presencia de una empresa ajena a Asur en la zona turística es positiva para la competencia y el desarrollo de infraestructura en ambas terminales.
Detalló que la compañía privada tendrá que continuar con avances; pero también Olmeca–Maya–Mexica –la empresa que administra el aeropuerto de Tulum– deberá “dejar la faceta militar” y aprender más sobre la gestión aeroportuaria para prosperar.
¿Aeropuerto de Tulum era necesario para la península?
Rodríguez Garduño calificó al aeródromo Felipe Carrillo Puerto como un “reclamo” en la zona. Explicó que contaba con justificación desde el punto de vista comercial y técnico, por lo que la viabilidad estaba estudiada, aunque sí encontró oposición inicial por la cercanía con Cancún o hasta Mérida.
La construcción del aeropuerto de Tulum se planteó en diversas ocasiones en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Incluso, algunas empresas de gran tamaño como Grupo México o Ingenieros Civiles Asociados (ICA) anunciaron sus intenciones de participar en una primera licitación para la edificación.
Desde los primeras consideraciones serias en 2010, la propuesta encontró oposición debido a la cercanía que mantenía con Cancún y a la posibilidad de una ‘canibalización’ entre ambas terminales.
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