En México existe una brecha laboral en el fútbol femenil que se manifiesta principalmente en los salarios de las jugadoras, quienes pueden llegar a percibir 157.8 veces menos al año que un jugador que se encuentre en el mismo nivel.  

El informe Global Sports Salaries Survey de 2017, el más reciente con datos de ingresos de mujeres deportistas en el mundo, revela que los ingresos anuales promedio para una mujer futbolista en México ascienden a 40,884 pesos, una cifra muy por debajo de los 6.45 millones de pesos que un hombre puede ganar en el mismo lapso.

Claudia Pedraza, investigadora especializada en Género y Deporte, explicó que ante tal brecha salarial, lo primero que habría que preguntarse es porqué los jugadores hombres ganan mucho más que sus pares mujeres, una realidad en la que impera una total opacidad sobre los datos de salarios y contratos.

Por mucho que el fútbol sea un espectáculo capitalista, hay una industria de explotación de los jugadores que hace que generen esa cantidad de dinero, lo que además deriva en una desigualdad hacia abajo

Para la especialista, este tipo de esquemas da lugar a la brecha salarial entre las mujeres que tienen un ingreso bajo frente a las del salario promedio más alto, mientras que las de salario más bajo se ven obligadas a tener un segundo trabajo informal para generar recursos económicos suficientes. 

El objetivo, afirma Pedroza, es que las jugadoras tengan salarios dignos, lo que no significa que se pretenda que ganen lo mismo que los jugadores hombres. 

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Estados Unidos y Cofece, el antedecente

Después de seis años de una batalla legal sobre pago igualitario, las jugadoras de la selección femenil de fútbol soccer de Estados Unidos alcanzó un acuerdo con la Federación Nacional de Fútbol para poner fin a la disputa.

A través del acuerdo, la Federación estadounidense (USSF por sus siglas en inglés) se compromete a pagar 24 millones de dólares en bonos a las jugadoras para equiparar el salario de los hombres.

Este logro de las jugadoras del país vecino es una suerte de acierto esperanzador, pero lejano para México, dijo Ana Paola López Yrigoyen, jugadora profesional del Cruz Azul Fútbol Club.

Este logro para Estados Unidos se da después de una ventaja de al menos 20 años. Me encantaría pensar que no nos vamos a tardar tanto, pero hay condiciones estructurales en México por las que estamos aún muy lejos

aseguró. 

En septiembre de 2021, la Comisión Federal de Competencia (Cofece) impuso una multa por 177.6 millones de pesos a 17 Clubes de la Liga Mx por establecer un “pacto de caballeros” al imponer topes máximos de salarios para las jugadoras y segmentar el mercado de jugadores.

¿Menos brecha?

López Yrigoyen reconoce que si bien la creación de la Liga Femenil MX es un parteaguas en el deporte nacional , con más proyección y con una Sub-17, “mientras se avanza, también se abre más la brecha generacional, son las dos caras de la moneda”.

De acuerdo con la deportista profesional, el rango salarial ahora es más amplio que en 2017, pocos meses después de que inició la Liga Femenil Mx.  Según sus cálculos, los salarios ahora podrían ir desde los 3,500 pesos hasta 120,00 pesos mensuales, aunque eso depende de las jugadoras y ocurre en pocos clubes y en pocas jugadoras.

“Estamos en esa brecha de profesionalización pese a que es un trabajo de tiempo completo. Todavía no estamos en un rango de salario que haga deseable solo jugar, por lo que es importante identificar las edades de las jugadoras y cómo han cambiado”, dijo. 

México, en el último lugar de ingresos de varias Ligas de Fútbol del mundo:

No obstante, independientemente del salario, a las jugadoras se les exige igual o más que al varonil: deben rendir y estar bien alimentadas para jugar en la cancha y tener un buen nivel, dijo por su parte Carolina Sánchez, portera del Club Santos Laguna. 

“No se toma en cuenta que muchas veces el gasto de una buena alimentación, vivienda y traslados son insuficientes con salarios tan bajos”, aseguró. 

Además, dice, están expuestas a ser sexualizadas, a que infravaloren su trabajo, a que no les igualen las condiciones o hasta ser retenidas por su contrato a pesar de que se quieran ir, y con el temor de perder su lugar en algún equipo.

Sanciones y salarios, en dirección opuesta

Además de los lastres culturales para que crezca la liga femenil, la sanción al Querétaro tras la trifulca con el Atlas en el Estadio Corregidora va a ser un parteaguas, pero no necesariamente positivo, dijo López Yrigoyen. 

Aunque todavía no se conoce cuál es la sanción, es un hecho que va a impactar tanto a la liga varonil como a la femenil, un episidio en el que se tiene que medir el impacto. 

En su opinión, si bien la liga avanza con cierta equidad, al mismo tiempo se dan condicionantes que de alguna manera no hacen constante la evolución. 

“Todas las saciones permean a varonil y femenil, lo que no ocurre con los salarios. Las sanciones le pegan a todos, pero no los salarios”, finalizó.