La presencia de los autos chinos en México es cada vez más notoria debido a que por las calles del territorio nacional no sólo circulan unidades de marcas originarias del gigante asiático, sino también de firmas europeas y estadounidenses armadas en China.
Y parece que la tendencia seguirá en ascenso, ya que de acuerdo con estimaciones de EY México, en los próximos cinco años las marcas de autos chinos podrían alcanzar entre el 20% y 25% del mercado automotriz en el país.
El buen acogimiento que los conductores les han dado a estas compañías está directamente vinculado a los precios menos altos que los de vehículos procedentes de otras naciones. Además, las empresas han solucionado rápidamente los desafíos logísticos y han invertido prontamente en su infraestructura en México, destaca la consultora.
Un ejemplo claro es lo hecho por MG —firma de origen británico con propietarios chinos—, con una inversión en una bodega de autopartes en San Luis Potosí para asegurar el suministro de repuestos y la diversificación de sus puertos de importación en Mazatlán y Lázaro Cárdenas.
México es el segundo mercado más relevante en América Latina —sólo detrás de Brasil— y cuenta con las regulaciones más flexibles de Norteamérica, situación que lo coloca como un atractivo para los autos provenientes del país asiático.
Autos chinos en México en el corto plazo
Durante 2023, se comercializaron en México 166,520 unidades de marcas europeas o estadounidenses que fabrican sus autos en China, según mostró el Registro Administrativo de la Industria Automotriz de Vehículos Ligeros (RAIAVL), realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Asimismo, la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) reveló que las ventas de marcas registradas como de origen chino alcanzaron las 129,329 unidades. Ello significó un incremento 63% en comparación con lo registrado en 2022. Además, las ventas de autos chinos representaron el 19.5% de las transacciones totales del año pasado, una cifra muy por encima del 6.4% de lo que se mostró en 2019.
Pese a la mala reputación que las marcas de este país pueden tener debido a la calidad de sus productos, los autos parecen cumplir con ciertos estándares a precios menos elevados que los de la competencia, lo que ha llevado a contar con expectativas ambiciosas, concluye el informe de EY.
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