La ratificación del renovado acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, perfila a AT&T, América Móvil y al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) como los potenciales ganadores en el sector telecomunicaciones.
Si bien no se esperan cambios sustanciales en el Tratado, analistas de la industria opinan que tendrían que establecerse reglas de procedimientos claras y transparentes que se garanticen que cada uno de los reguladores atiende los asuntos más puntuales del sector.
El capítulo 18 del Tratado, que aborda el sector de Telecomunicaciones, aplica a cualquier medida que afecte el comercio de servicios telecom, principalmente cualquiera relacionada con el acceso y uso de servicios o redes públicos de telecomunicaciones.
Estas son algunas de las obligaciones puntales:
Asimismo, refiere a las relacionadas con las obligaciones de proveedores de servicios públicos de telecomunicaciones, las redes y servicios y también sobre la prestación de los servicios de valor agregado.
Garantía de permanencia para AT&T
Si bien la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión fue el principal atractivo para que empresas como AT&T entraran al mercado mexicano, en opinión de Sandra Rodríguez, abogada especializada en telecomunicaciones, no se han cumplido las condiciones previstas.
En su opinión, lo que estaba previsto no siguió el cauce esperado, principalmente en lo que corresponde a la tarifa cero y al acceso a la infraestructura del agente económico preponderante en México, América Móvil.
El T-MEC establece profundidad en materia regulatoria en el país, lo que es una ventaja que va a determinar la permanencia de AT&T en México, porque va a ser el único instrumento con el cual realmente se va a poder defender, por encima de la reforma telecom
Para Rodríguez, una de las grandes aspiraciones es que a nivel de competencia haya un Estado de derecho que se pueda respetar, puesto que da garantías que se tendrían que respetar con el T-MEC.
Recientemente, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador pidió a Estados Unidos no retrasar más la ratificación del acuerdo comercial que completa Canadá.
Slim también ganaría… pero en Estados Unidos
La ratificación del T-MEC podría suponer una oportunidad para América Móvil de renovar su inversión en Estados Unidos, un mercado en donde la compañía ofrece servicios de telefonía móvil a través de Tracfone, su Operador Móvil Virtual (OMV).
Para Ana Lilia Moreno, analista en materia de Competencia y Regulación, la compañía controlada por Carlos Slim “tiene mucha oportunidad de invertir en Estados Unidos” dado el mercado que tiene y el nicho al que está enfocado.
Sin embargo, en opinión de la economista, no es claro aún si el acuerdo comercial entre los tres países facilitaría a América Móvil un posicionamiento más fuerte en el país vecino del norte.
En el tercer trimestre del año, los ingresos de este operador alcanzaron los 2,030 millones de dólares, una ligera contracción respecto al mismo periodo del año previo.
En el reporte financiero, la compañía refirió que su marca principal, StraightTalk tuvo un leve aumento en los ingresos, mientras que la mayoría de las otras marcas registraron una tasa de crecimiento de 1.4%.
Fortalecer autonomía para el IFT
Para dar certeza a AT&T y otros operadores que quisieran entrar al mercado mexicano, primero se tendría que asegurar la fortaleza del regulador en México: el IFT.
En ese sentido, comentó que desde la llegada del nuevo gobierno, el regulador ha tenido un papel “un poco más apagado” en lo que respecta al combate a los monopolios, esto, aunado a la reducción de presupuesto para el próximo año.
Debe ser más clara la afectación por el recorte y cómo va a ajustarse el regulador para que pueda seguir operando de forma eficiente y dando confianza para la inversión
Por su parte, Sandra Rodríguez comentó que el T-MEC establece que cada una de las partes tendrá que reportar a su regulador, por lo que las decisiones que tome se tendrán que ejecutar sin la intervención de otras autoridades.
Bajo este supuesto, el IFT fortalecería la autonomía para la que ha sido facultado, pues en el T-MEC se pensó que realmente todas esas garantías se puedan dar, y darle al regulador la relevancia que se merece.
Todo ello, a fin de que no quede a expensas de la decisión de alguno de los poderes que constituyen al Estado.
Sino que el regulador de cualquiera de los tres países tenga esa supremacía que merece, no que sus decisiones queden a la decisión de algún otro organismo