Los mercados siguen reflejando la destrucción de la demanda y la capacidad de almacenamiento jugará un papel importante en la decisión de Pemex de cómo colocar su producto a nivel nacional o internacional en los próximos meses, explicaron expertos.

“Almacenar es una decisión que se toma en primer lugar por seguridad. En este caso, debido a la baja en la demanda, el mundo entero no sabe qué hacer con su producción, pero no es negocio: nadie produce para guardar. Pemex mejoró sus niveles de inventarios después de enero del año pasado y llegó a siete días, y más o menos seguimos ahí. Si tú produces y no vendes puede funcionar como una estrategia para no detener la producción, que es una medida costosa, y se ha hecho en el mundo entero”, explicó Rosanety Barrios, analista energética.

El almacenamiento funcionaría como una medida para evitar que Pemex recorte su producción de crudo y gasolina dependiendo de los volúmenes de ventas y de producción, y es un problema que también existe a nivel mundial. Cuando las instalaciones de almacenamiento se encuentren a tope no habrá más remedio que dejar de producir, por lo que Barrios señaló que la pregunta más importante es ¿cuántos días será capaz Pemex de almacenar su producción mientras no se recupere la demanda?

Si la demanda no se recuperara y Pemex siguiera produciendo, la propia empresa sería la más afectada, dada la incertidumbre del precio al que podrá vender cuando la demanda finalmente se recupere. La capacidad de almacenamiento de Pemex nunca había sido utilizada para estos fines y no había alcanzado los volúmenes que podría ver en los próximos meses.

“Pemex tiene capacidad para almacenar alrededor de 20 millones de barriles. Los números antes de la caída en la demanda revelaban que estábamos consumiendo 800,000 barriles de gasolina y 400,000 de diésel al día. Esto quiere decir que la capacidad de almacenamiento es de poco más de 15 días, pero nunca se ha llegado a ese nivel porque almacenar solo es negocio para quien lo cobra”, señaló Barrios.

Adrián Calcaneo, director de midstream y líquidos para IHS Markit, resaltó que el almacenamiento de crudo a nivel mundial está bastante lleno y eso afecta los precios. El volumen de crudo que se encuentre en las instalaciones mexicanas eventualmente tendrá que salir al mercado, lo que es una mala noticia, pues el panorama actual vislumbra precios aún más bajos para el futuro.

“Sí hay un incentivo para sacarlo al mercado lo antes posible, sobre todo porque el almacenamiento mexicano no es suficiente. Con las gasolinas pasa algo similar: los precios están un poco maquillados por el IEPS, pero son muy bajos y, aunque es bueno tenerla, pierde su valor estratégico dada la sobreoferta que hay en el mercado”, explicó Calcaneo.

El experto resaltó que la producción de Pemex está saliendo al mercado sobre todo para exportación, pero que existe una presión debido a que el aumento en volumen y los retrasos para salir al mercado deprimen aún más los precios. “El problema es que ellos mismos no hacen la corrección y las ventas volumétricas continúan, pero afectan su propio mercado y deprimen los ingresos”.