Al presentar sus resultados del segundo trimestre de 2019, Aeroméxico anunció que buscará indemnizaciones y pago de compensaciones por el impacto de que los aviones 737-MAX no puedan operar.

“La compañía tiene la intención de buscar indemnizaciones por las consecuencias financieras derivadas de tales eventos y potencialmente otras compensaciones”, dijo la compañía en un comunicado enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).

El 737 MAX, el avión más vendido de Boeing, fue obligado a permanecer en tierra en todo el mundo en marzo luego de un accidente de Ethiopian Airlines que siguió a un desastre similar de Lion Air en Indonesia en octubre. El saldo de ambas tragedias fue la muerte de 346 personas.

Aeroméxico reportó una disminución de 2.2% en la capacidad de la compañía medida en asientos-kilómetro disponibles (ASKs) y una caída de 17.9% en su flujo operativo (margen EBITDA) en comparación con el mismo periodo de 2018.

Los ingresos de la compañía se ubicaron en 16,835 millones de pesos, una contracción de 2.6% respecto al mismo periodo del año anterior.

Actualmente, Aeroméxico es la línea aérea nacional que cuenta con el monto de deuda a largo plazo más amplio dentro de la BMV, el cual alcanza los 10,660 millones de pesos.

Tenía alas prometedoras

En febrero de 2018, durante la recepción del primer 737 MAX 8, el director general de Aeroméxico, Andrés Conesa, comentó que este modelo de avión sería el nuevo eje de la flota de la compañía, ya que en un periodo de cuatro años recibirían 55 equipos restantes considerados dentro del acuerdo.

Conesa dijo en esa ocasión que el acuerdo podría ampliarse entre 2023 y 2024 para la adquisición de 30 equipos más.

De acuerdo con la página oficial de la aerolínea, este modelo de avión tenía tres rutas dentro de la compañía: Lima, Perú; Monterrey, México y Bogotá, Colombia.