El temor de una recesión económica comienza a tomar fuerza. La guerra comercial entre Estados Unidos y China, problemas políticos en Reino Unido y la desaceleración de Alemania, el motor de Europa, son algunos puntos que han llevado a algunos analistas a ver más probable una contracción.

Nuestro estimado de una recesión económica pasó a 35-40% desde 20-25%, los próximos 12 meses. No es nuestro escenario base, pero cada día que pasa, y en particular algunos eventos en agosto, han hecho que bajemos nuestras expectativas sobre la economía mundial

dijo en entrevista, David Lafferty, vicepresidente senior y estratega en jefe de Natixis IM.

Al menos cuatro eventos durante agosto nublaron más el panorama de los inversionistas.

Estados Unidos confirmó que impondrá aranceles adicionales de 5% sobre importaciones chinas valoradas en 300,000 millones de dólares a partir del 1 de septiembre y el 15 de diciembre. Aunque China ha dicho que, por el momento, no tomará represalias de manera inmediata.

Con toda la tensión, la moneda de China, el renminbi –mejor conocido en occidente como yuan– tocó su nivel más bajó frente al dólar desde 2008, un factor que siembra más incertidumbre.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha acusado en distintas ocasiones a China de devaluar su moneda a propósito para que sus exportaciones tengan una ventaja desleal. El déficit comercial más grande que tiene Estados Unidos es ante China y ronda los 168,000 millones de dólares entre enero y julio de este año.

La guerra comercial también ha contribuido al deterioro de algunas economías (como la alemana) y del cambio de rumbo de las políticas monetarias. Hasta mediados de agosto, 55 bancos centrales –entre ellos la Reserva Federal y Banco de México– recortaron su tasa de interés y la expectativa es que el ciclo de relajación continúe.

La economía de Alemania cayó 0.1% en el segundo trimestre del año frente al trimestre inmediato anterior en términos reales y con cifras ajustas por estacionalidad.

La caída obedece en gran parte a la guerra comercial desatada por Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Tan solo en junio las exportaciones alemanas cayeron 8%, mientras que las importaciones retrocedieron en 4.4%.

En este escenario el Banco Central Europeo dijo estar listo para implementar un paquete de estímulos económicos para impulsar la aletargada economía de la zona euro con una combinación de recortes de tasas y compras de activos.

Aunque para Lafferty, los instrumentos de política monetaria podrían quedarse cortos en esta ocasión.

Somos escépticos. La política monetaria no puede hacerlo todo y aunque las tasas bajas no son malas pero tampoco creemos que sean tan buenas. No esperamos que la política monetaria sea tan eficiente en esta ocasión

comentó Lafferty.

Contrario a lo que pasó en 2008, cuando los bancos centrales tenían elevadas tasas de interés y les daba mayor margen de maniobra, hoy en día las tasas permanecen relativamente bajas en todos los países desarrollados.

Incluso en países como Suiza sus tasas están en terreno negativo, por lo que es difícil que los recortes se profundicen. Las políticas estructurales pueden ser una solución, pero en largo plazo.

“Reformas laborales, educativas, esa clase de cambios que permitan incrementar la productividad del país pueden ser soluciones, pero en 3, 5 o 10 años”, comentó Lafferty.

El rumbo que puede tomar la separación del Reino Unido y la Unión Europa, conocido como Brexit, puso presión sobre el mercado. Boris Johnson, primer Ministro del Reino Unido, suspendió las actividades parlamentarias entre el 10 de septiembre y el 15 de octubre de 2019.

“La medida reduce las posibilidades que los miembros del parlamento bloqueen el proceso del Brexit. En la fecha de reanudación de las actividades legislativas solo restaran dos semanas antes de que se cumpla el plazo establecido para la salida definitiva. Las probabilidades de un Brexit duro (sin acuerdo) se han incrementado”, de acuerdo con un análisis de Monex.

Nada como 2008

Si bien la llegada de una recesión económica empieza a ser más factible, no será igual a la crisis de 2008 y 2009, cuando el sistema financiero a nivel mundial colapsó tras la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers.

La mayoría de los inversionistas piensan en la última recesión (2008 / 2009) y creen que vamos a otra gran crisis o recuerdan el estallido de la burbuja de las tecnológicas en el 2001; pensamos no será así en esta ocasión

dijo Lafferty.

En el 2008, la economía de Estados Unidos se contrajo 0.13% y en el 2009 profundizó la caída a -2.54%, algo sin precedentes en la historia moderna.

“Si caemos en recesión, pensamos no será ni de gran profundidad ni de gran duración”, comentó Lafferty.

Pese a que un escenario de recesión está presente, al igual que Natixis, instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lo que visualizan es una desaceleración que no ha tocado fondo, debido casi en su totalidad, a la guerra comercial de Donald Trump, publicó en un reporte la firma de corretaje SIF ICAP.