El peso mexicano ha perdido brillo en días recientes tras alcanzar niveles no observados en ocho años y no se descartan presiones adicionales derivadas de factores tanto externos como internos, de acuerdo con analistas.
La moneda nacional ligó cinco jornadas consecutivas con depreciaciones al cierre del lunes, su racha negativa más larga desde agosto del año pasado, según datos de Banco de México (Banxico).
Desde el 15 de mayo, cuando el tipo de cambio bajó a su mejor nivel desde el 2016, en 17.4260 pesos por dólar, la divisa presenta un ajuste de 2.72% frente a su par estadounidense.
El tipo de cambio está sujeto a múltiples eventos, de ahí yace la dificultad de pronosticar su comportamiento. Tanto factores externos como internos lo afectan de manera inmediata
dijo Alain Jaimes, analista económico en Signum Research.
Techo de la deuda, el factor de más riesgo
El principal riesgo para el peso, al menos en el corto plazo, es que no se logre un acuerdo sobre el aumento del techo de la deuda de Estados Unidos, a fin de evitar que el país norteamericano caiga en impago.
Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EU, advirtió que tan pronto como el 1 de junio el gobierno se quedaría sin recursos suficientes para hacer frente a sus obligaciones, un escenario que incluso puede provocar una fuerte recesión.
Durante los últimos días, la incertidumbre en torno a los desacuerdos entre republicanos y demócratas ha dado un impulso a la cotización del dólar contra sus principales cruces.
Podríamos ver al tipo de cambio en 18.30 o 18.40 (pesos por dólar) si llegan a ese deadline sin un acuerdo. En episodios recesivos aumenta la aversión al riesgo y esto pega a las monedas
comentó James Salazar, subdirector de análisis económico en CIBanco.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, busca negociar a contrarreloj con el principal republicano en el Congreso, Kevin McCarthy, a medida que el tiempo se agota y las diferencias persisten.
Los republicanos exigen fuertes recortes al gasto a cambio del incremento del límite de endeudamiento del país, mientras que los demócratas descartan esta propuesta, bajo el argumento de que repercutirá en la economía.
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Toma de Ferrosur también golpea al peso
La moneda nacional también se vería presionada por la decisión del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de ocupar las instalaciones de Ferrosur, de Grupo México Transportes.
De acuerdo con los analistas, la medida de la 4T asesta un golpe a la confianza de los inversionistas y se da en un mal momento ante las oportunidades que abre el nearshoring de atraer empresas a territorio nacional.
La toma de las fuerzas armadas del tramo ferroviario Coatzacoalcos-Medias Agua coincidió con la apreciación más fuerte del peso en poco más de un mes, durante la sesión del lunes.
El principal elemento que hay que tener muy en la mira, que desafortunadamente ha caracterizado a esta administración, es la percepción de una fragilidad en la gobernanza que asusta el flujo de inversión extranjera
explicó Jaimes.
Sin embargo, los fundamentales macroeconómicos de México son sólidos, por lo que el riesgo de una fuerte depreciación tras la ocupación de Ferrosur es menor, consideró Salazar.
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Apuestas siguen a favor de la moneda
Los especuladores de la Bolsa de Chicago ligaron nueve semanas consecutivas con apuestas a favor de la apreciación del peso mexicano, al llegar a 73,625 contratos netos largos.
Se trata de la cifra más alta de posiciones netas especulativas del peso desde antes de que comenzara la pandemia de COVID-19 en 2020, señal de que los operadores ven espacio para que la moneda siga con su apreciación.
El estratega de CIBanco refirió que si bien el diferencial de tasas de interés con Estados Unidos se mantiene elevado, lo que sostiene las ganancias del peso, es posible que la moneda entre en un periodo de corrección en la segunda mitad del año.
Los participantes del mercado ven la posibilidad de un aumento adicional a la tasa de la Reserva Federal en Estados Unidos, luego de que Banxico decidió pausar su ciclo alcista la semana pasada.