Cada vez que se genera un conflicto geopolítico tiende a causar pánico en los mercados financieros y fuertes caídas en las bolsas; sin embargo, la historia demuestra que los efectos de los escenarios bélicos, al menos en términos de inversiones, se disipan rápidamente.
La invasión de Rusia a Ucrania que comenzó este jueves desató una ola de aversión al riesgo que se reflejó en pérdidas significativas en el valor de las acciones, así como un repunte del dólar y el oro, activos de refugio en momentos de incertidumbre.
Para dimensionar lo anterior, la bolsa de Moscú se desplomó 33% en un día, lo que significó la quinta caída más profunda para un índice en la historia, de acuerdo con Bloomberg. Esto arrastró a los mercados europeos, asiáticos y, al menos por un momento, a los índices de Wall Street, que dieron la vuelta a pérdidas de más de 2% para cerrar con ganancias.
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El Fear & Greed Index, que mide el sentimiento de los inversionistas, llegó a ubicarse en zona de “miedo extremo”, pero el ánimo mejoró de un momento a otro.
El tema no es la duración de los conflictos, sino el tiempo que tarda en asimilarse el pánico inicial (…) Hay conflictos que duran muchos años y no es que el impacto en el mercado sea consistente a lo largo de ese tiempo, pues una vez que se asimilan los efectos tienden a moderarse
dijo Jonathan Zuloaga, economista en jefe en Columbus de México.
Para Amin Vera, director de análisis económico en BlackWallStreet Capital, puede ser cuestión de semanas para que el mercado asimile el conflicto entre Rusia y Ucrania, tal y como ha sucedido con otros eventos geopolíticos desde el siglo pasado.
Las crisis que superaron los mercados
La venta masiva de acciones o sell-offs en periodos de tensiones geopolíticas suele estar acompañada de grandes rendimientos debido a que los inversionistas aprovechan los precios del mercado.
De acuerdo con un análisis de Vanguard, las caídas de las bolsas de Estados Unidos durante 22 eventos geopolíticos de los últimos 60 años fueron de corta duración.
En promedio, las acciones estadounidenses tuvieron un rendimiento total de 5% en los seis meses posteriores al inicio de un evento y de 9 % en los 12 meses siguientes.
Así, durante la crisis de los misiles de Cuba en 1962 y la invasión soviética en Afganistán en 1979, las bolsas tuvieron correcciones iniciales de 5%, pero dieron ganancias de 26% a lo largo de los 12 meses posteriores.
Cuando Estados Unidos declaró la guerra a Irak en 2003, los mercados dieron un rendimiento de 23% en un año, después de haberse desplomado 3% en un inicio.
Otro ejemplo es el conflicto originado en Crimea en 2014, la antesala de la invasión de Rusia a Ucrania. En ese momento, las bolsas cayeron más de 1% y registraron alzas de 12% en los 12 meses que siguieron.
Un análisis de Barron’s que considera 22 eventos como el ataque a Pearl Harbor en 1941 y la caída de las Torres Gemelas en Nueva York en 2001 señala que el índice S&P 500 tardó en promedio 43.2 días en recuperarse por completo de las caídas iniciales en cada acontecimiento.
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Riesgo de corrección por la Fed
Si bien los mercados pueden asimilar casi de inmediato las tensiones entre Rusia y Ucrania, hay un riesgo de corrección que dependerá del ritmo de alzas a la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).
El asunto de Rusia y Ucrania crea un incentivo, sobre todo por el encarecimiento de materias primas para que la inflación siga desatada y la Fed va a tener que decidir si modifica el ritmo del alza de tasas
mencionó Vera.
En particular, los analistas consideran que las empresas del sector tecnológico pueden ser las más presionadas luego de alcanzar valuaciones muy altas desde 2020, cuando inició la pandemia de COVID-19.
Tras la invasión a Ucrania, las proyecciones apuntan a que la Fed subirá en 25 puntos base su tasa de interés y no en 50 puntos como se estimaba en semanas anteriores.