Los precios del petróleo cerraron al alza, pero registraron su primera pérdida semanal desde que Rusia invadió Ucrania, lo cual provocó uno de los períodos más tumultuosos que ha experimentado el mercado. 

El Brent para la liquidación de mayo ganó 2.99% para cerrar en 112.67 dólares por barril, con un retroceso semanal de 4.6%; mientras que el contrato del petróleo WTI de Estados Unidos para entrega en abril subió 2.96% para ubicarse en 109.33 dólares el barril, registrando una pérdida semanal de 5.5%, de acuerdo con datos de Bloomberg.

Los precios se movieron violentamente durante el período de cinco días debido a una ráfaga de noticias, incluida la prohibición estadounidense de las importaciones de crudo ruso y la eliminación gradual del Reino Unido. 

Por otro lado, las conversaciones nucleares se estancaron, lo que prolongó la ausencia de barriles iraníes en un mercado desesperado por suministros adicionales. 

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Guerra rusa repercute en los mercados

Las consecuencias de la guerra han repercutido en los mercados de materias primas, desde el trigo hasta combustibles clave como la gasolina y el diésel, aumentando la presión inflacionaria en todo el mundo. 

Rystad Energy predijo que el Brent podría dispararse a 240 dólares el barril este verano si los países continúan sancionando las importaciones de petróleo ruso.

Las crecientes sanciones a Rusia en respuesta a su invasión de Ucrania han generado temores de que un mercado ya ajustado pueda estirarse aún más, aunque la OPEP+ y Chevron enfatizaron esta semana que no hay escasez de barriles. 

Bancos como Goldman Sachs dicen que solo la destrucción de la demanda puede detener el repunte de los precios.

En tanto, los Emiratos Árabes Unidos pidieron el miércoles a la OPEP+ que aumente la producción más rápido, aunque el ministro de energía de la nación pareció moderar ese mensaje más tarde. 

El cártel, que cuenta a Rusia como un miembro clave, se ha resistido a los llamados de los consumidores para bombear más, argumentando que el aumento de los precios se debe a las tensiones geopolíticas y no a la escasez de suministro.

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