Los precios del petróleo cerraron mixtos este viernes, pero acumularon su sexta caída semanal, la racha más larga desde 2018, luego de que la aparición de la variante ómicron del COVID-19 amenazó las perspectivas de la demanda de energía. 

El contrato de enero de WTI de Estados Unidos retrocedió 0.4%, para ubicarse en 66.26 dólares; mientras que el Brent del Mar del Norte para entrega en el mismo mes subió 0.3%, a 69.88 dólares por barril, de acuerdo con datos de MarketWatch.

Durante la semana, el WTI perdió 2.8% y el Brent cayó 2.4%, registrando seis caídas consecutivas, la racha de pérdidas semanales más larga desde noviembre de 2018, según Dow Jones Market Data. 

Los petroprecios tocaron su racha más larga de descensos tras la aparición de la variante ómicron, además de que el movimiento de los precios sigue a la decisión del jueves de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) de renovar una política de producción actual y aumentar la producción general mensual en 400,000 barriles por día en enero.

El grupo de los principales productores de petróleo también dijo que su reunión permanecería “en sesión”, esencialmente dejando la puerta abierta para hacer ajustes inmediatos a la producción en función de la evolución del mercado.

De acuerdo con Bloomberg, la decisión de la OPEP+ es un paso inusual que subraya la dificultad de evaluar el equilibrio entre la oferta y la demanda a corto plazo debido a la variante ómicron y la liberación de reservas nacionales liderada por Estados Unidos.

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El crudo ha caído drásticamente desde finales de octubre en medio de las medidas de los principales países consumidores para aprovechar sus reservas, la aparición de la nueva variante y una Reserva Federal (Fed) más agresiva.

Algunos analistas creen que las caídas han sido excesivas, con Goldman Sachs diciendo que los precios han “superado con creces” el impacto de la variante ómicron, mientras que Bank of America se ha mantenido en su pronóstico de 85 dólares el barril en 2022. 

Antes de la reunión, los ministros de la OPEP+ indicaron que estaban preocupados por el impacto de ómicron en la demanda de petróleo, pero estaban luchando por averiguar qué tan grave se volvería la nueva cepa. Al mantener abierta de manera efectiva su reunión mensual, la alianza ahora tiene más flexibilidad para abordar los cambios de precios.