El precio promedio del galón de gasolina en Estados Unidos cayó por debajo de los cuatro dólares por primera vez desde marzo, un umbral clave para los estadounidenses con problemas de liquidez, a pesar de que la inflación sigue siendo elevada. 

La víspera, el promedio del precio bajó dos centavos hasta los 3.99 dólares, según informó el jueves la AAA Gas Prices, lo que supone un retroceso del 20% respecto a su máximo de junio, que superaba los cinco dólares.

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Inflación, la preocupación de EU

Uno de los principales problemas de la economía estadounidense es la alta inflación, un escenario que ha derivado en varias proyecciones sobre una posible recesión el próximo año, a pesar de que el crecimiento del empleo se ha disparado. 

La caída de los precios de la gasolina supone un menor lastre para la economía en general, según muestran los datos de julio, que revelan una reducción en la inflación. 

Si bien los precios generales siguen siendo elevados ante el alza del 8.5%, están lejos del pico pandémico del 9.1% registrado en junio, cuando el promedio del combustible en Estados Unidos alcanzó los 5.02 dólares.

Pese a que el índice de la gasolina cayó un 7.7% en julio, se estima que los precios de la gasolina podrían volver a subir antes de las elecciones de mitad de mandato de Joe Biden

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Precios del crudo se enfrían

Los precios del crudo, que en enero rondaban los 80 dólares por barril, superaron los 120 dólares en marzo, ante el temor de que el conflicto entre Rusia y Ucrania redujera el suministro y perturbara los mercados energéticos

Los precios en los surtidores no tardaron en subir casi un 20%, cerca de una semana después de la invasión militar rusa a finales de febrero. 

Sin embargo, los precios del petróleo se enfriaron desde principios de junio, en tanto que el precio del crudo West Texas Intermediate, de referencia en Estados Unidos, rondaba los 91 dólares por barril. 

El costo del combustible está ahora en línea con lo que los consumidores y las empresas pagaban antes del conflicto en Europa. 

Posible recesión, otro riesgo

Los expertos afirman que la venta se debe en gran medida a la preocupación por una posible recesión en varias grandes economías mundiales, lo que reduciría la demanda de combustible.

Los economistas llevan meses advirtiendo de una posible recesión en Estados Unidos. Jeff Buchbinder, estratega jefe de renta variable de LPL Financial, considera que las probabilidades de una recesión en EU en 2023 “son tal vez una moneda al aire o mejor”, a pesar del aumento de empleos.

El banco central de Inglaterra advirtió la semana pasada que Gran Bretaña entraría en una recesión prolongada en el último trimestre de 2022.

La Oficina Nacional de Investigación Económica no ha declarado que Estados Unidos esté en recesión, a pesar de que la actividad económica ya ha disminuido durante dos trimestres consecutivos. 

Precios, con posible giro

Aun así, la demanda de combustible ya ha bajado: Medida como una media móvil de cuatro semanas, se situó en 8.6 millones de barriles el 29 de julio, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos, un nivel 8.7% inferior respecto al año anterior. 

Mientras tanto, todavía existe la posibilidad de que los precios se den la vuelta.

La OPEP, el grupo de países productores de petróleo que incluye a Arabia Saudí, sólo ha impulsado mínimamente la producción, a pesar de las peticiones del presidente Biden y otros líderes mundiales para remediar el déficit de suministro.

Los analistas también señalan que el principal culpable del alza en los precios del gas -el conflicto entre Rusia y Ucrania– sigue en pleno apogeo, así como las sanciones occidentales destinadas a castigar a Moscú.

Por su parte, J.P. Morgan advirtió que en el peor de los casos -en el que Rusia toma represalias cerrando totalmente su suministro- el precio del petróleo podría llegar a los 380 dólares por barril, más del cuádruple de lo que es hoy.

Con información de The Washington Post