Los precios del petróleo cayeron este viernes, debido a las preocupaciones sobre un aumento de casos de COVID-19, que amenaza con limitar la demanda mundial de combustibles.

El contrato de noviembre del WTI de Estados Unidos retrocedió 1.94%, a 39.85 dólares por barril, y el Brent del Mar del Norte para entrega en diciembre perdió 1.63%, a 41.77 dólares, de acuerdo con MarketWatch.

En su acumulado semanal, ambos referenciales cayeron e interrumpieron una racha de dos semanas consecutivas al alza.

La segunda ola de la pandemia y la consiguiente desaceleración de la recuperación de la demanda y de la economía pesan sobre el ánimo del mercado.

Varias regiones de Estados Unidos reportaron aumentos récord en las cifras diarias de infecciones el jueves, mientras que Francia extendió los toques de queda a cerca de dos tercios de su población.

A escala mundial, el número de infecciones asciende a 41.9 millones, con un saldo mayor a 1.1 millones de defunciones, de acuerdo con cifras de la Universidad Johns Hopkins.

“Lo que nos frena es la incertidumbre sobre la demanda: cuándo vamos a obtener una vacuna, cuándo las cosas volverán a la normalidad, las preocupaciones sobre más cierres frente a las preocupaciones sobre la reducción de suministros”, dijo Phil Flynn, analista senior de Price Futures Group.

Los temores opacaron los comentarios del presidente de Rusia, Vladimir Putin, sobre que Moscú no descarta extender los recortes a la producción de petróleo impulsados por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados.

El grupo conocido como OPEP+ aumentará su producción en dos millones de barriles por día a partir de enero de 2021 como parte de un plan para bombear más a medida que se recupere la demanda.

Actualmente, el grupo recorta 7.7 millones de barriles diarios desde el 1 de agosto, desde una disminución de 9.7 millones en los tres meses anteriores, medida implementada para estabilizar los precios.

La producción de Libia, miembro de la OPEP, alcanzó 500,000 barriles por día tras reanudar su bombeo y el gobierno espera duplicar esa cantidad en los últimos meses del año, situación que amenaza con generar un exceso de oferta en el mercado.

En tanto, los inventarios de gasolina en Estados Unidos subieron en 1.9 millones de barriles durante la semana pasada, mientras que analistas esperaban un descenso de 1.8 millones, una señal de que la movilidad se detiene.

Con información de Reuters