Los precios del petróleo profundizaron sus pérdidas de la semana, después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio positivo a COVID-19 y en medio de preocupaciones sobre la creciente producción de crudo, que amenaza con golpear la recuperación del barril.
El WTI de Estados Unidos para entrega en noviembre retrocedió 4.3%, a 37.05 dólares por barril, y el contrato de diciembre del Brent perdió 4.1%, a 39.27 dólares, de acuerdo con datos de MarketWatch.
Ambos referenciales acumularon un descenso semanal de 8% y 7.4%, respectivamente, en su segunda semana consecutiva de pérdidas.
En un tuit, Trump dijo que él y la primera dama Melania Trump dieron positivo a COVID-19, situación que generó incertidumbre sobre el futuro de la dirigencia de Estados Unidos a un mes de las elecciones presidenciales.
El petróleo ya se encontraba en territorio negativo después de que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y la Casa Blanca aún no alcanzan un acuerdo bipartidista sobre más ayuda económica en respuesta a la pandemia.
Ya era un mercado débil y este evento llegó y agregó incertidumbre, lo que hizo que la gente se tomara una pausa para decir: ‘¿Sabes qué? Voy a sacar algunos riesgos de la mesa’
dijo Lachlan Shaw, jefe de investigación de materias primas en National Australia Bank en Melbourne
Los suministros de crudo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) aumentaron en septiembre en 160,000 barriles por día respecto al mes anterior, según un sondeo de Reuters.
El aumento fue principalmente el resultado del mayor bombeo de Libia e Irán, miembros del grupo que están exentos de un pacto de suministro con aliados liderados por Rusia, un grupo conocido como OPEP+.
La producción de Libia ha aumentado más rápido de lo que esperaban analistas, a 270,000 barriles diarios, después de que el Ejército Nacional Libio relajó su bloqueo y a medida que aumenta la actividad exportadora.
Los petroprecios también fueron presionados por un aumento de contagios de COVID-19. Esta semana, el número de muertes a nivel global superó un millón, de acuerdo con datos de la Universidad Johns Hopkins.
España, Francia y Países Bajos impusieron medidas más restrictivas para detener el ritmo de contagios tras ver un alza en la tasa diaria de infecciones, lo que podría limitar la demanda de combustibles.
En tanto, datos de la Administración de Información de Energía (EIA) mostraron una inesperada disminución de los inventarios de crudo en Estados Unidos la semana pasada. No obstante, las existencias de gasolina aumentaron más de lo previsto.
Con información de Reuters