Jair Bolsonaro se llevó con holgura la primera ronda de elecciones presidenciales en Brasil y el mercado celebró su triunfo.
El candidato de extrema derecha obtuvo el 46% de los votos, mientras que Fernando Haddad -su rival del Partido de los Trabajadores y abanderado de Lula Da Silva- recibió el 29.30%. Esta es la diferencia más amplia que existe para una primera ronda electoral en Brasil desde el 2002.
Por ahora, los inversionistas parecen estar más a favor de un resultado por Bolsonaro. Todas las noticias que complazcan a los inversionistas, sobre todo globales, y que fomenten estabilidad y respeto a inversiones extranjeras sin tanto intervencionismo del gobierno impulsan al mercado, de acuerdo con Carlos Contreras, analista independiente.
La sorpresiva ventaja de Bolsonaro sobre Haddad fue el catalizador para que el índice Bovespa -el más relevante del país sudamericano- lograra este lunes su mejor desempeño diario desde el 2016. Además, el real brasileño ganó poco más de 1.57% ante el dólar.
Entre las propuestas de Bolsonaro, candidato de extrema derecha por el Partido Social Liberal, destacan privatizaciones, concesiones y vender activos del gobierno para reducir la deuda del país. También, propone cambios al sistema de pensiones, considerado por algunos analistas como insostenible.
En términos de mercados, la estratega considera que una victoria de Bolsonaro propiciará una reacción positiva, mientras que la victoria de Haddad produciría una reacción moderadamente negativa
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La victoria del Bolsonaro el próximo 28 de octubre -cuando se celebre la segunda vuelta electoral por la Presidencia- luce casi definida. Ningún candidato que haya perdido la primera vuelta, ha logrado remontar, al menos desde 1989.
El lado populista de ultraderecha
El abanderado por el Partido Social Liberal tiene un lado contrastante. “Es una apuesta de una élite económica que, desde hace unos años, decidió que lo mejor para sus intereses no era la democracia sino una apuesta por el autoritarismo”, dijo en entrevista, Hernán Gómez, investigador del Instituto Mora.
Ejemplo de lo anterior fue cuando Dilma Rousseff fue depuesta de su cargo como presidenta y por el proceso político, más que jurídico, contra Lula Da Silva, agregó Gómez.
Bolsonaro ha sido un candidato que ha expresado su apoyo por la dictadura militar brasileña, ha realizado comentarios misóginos, poco incluyentes con la comunidad LGBTTTIQ y los derechos humanos no son prioridad en su agenda, entre otros temas.
El electorado brasileño ha quedado entre dos: Haddad y Bolsonaro, pero no son igualmente extremos. Decirlo así, es no darse cuenta de la postura radical y peligrosa para Brasil y para la región que es Bolsonaro
Hernán Gómez.
Brasil siempre ha sido un rival diplomático de México.
Y el ascenso de Bolsonaro no será irrelevante en ese sentido. Creará nuevas tensiones entre ambos países, regionales y globales.
México no puede jugar al avestruz. Necesitamos política exterior para encarar este desafío.
— Carlos Bravo Regidor (@carlosbravoreg.bsky.social) (@carlosbravoreg) October 8, 2018
El nuevo presidente, sea quien sea, requiere de crecimiento económico, reducir el endeudamiento del gobierno, recuperar la confianza en las instituciones e impulsar la reforma de pensiones, entre otras tareas, publicó Banorte en un reporte.
Las posibilidades de que sea electo presidente Bolsonaro son altas, pero no se puede dar por sentado una derrota definitiva de Haddad, por lo que se espera volatilidad en el mercado hasta llegada la fecha de la segunda vuelta en Brasil.
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