La inestabilidad económica y política que se ha vivido bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador acentuó la crisis que ya atravesaba el mercado bursátil y abonó a una mayor sequía de ofertas a la Bolsa; de hecho, cada vez son más las empresas que buscan deslistar sus acciones.
En el mercado de valores, las compañías pueden obtener financiamiento para desarrollar sus proyectos a través de la emisión de títulos, o bien la colocación de deuda. Una de las alternativas es la venta de acciones al público inversionista por primera vez, lo que se conoce como una Oferta Pública Inicial (OPI).
A pesar de que en julio de 2018 —mes en el que AMLO fue electo— inició operaciones la Bolsa Institucional de Valores (BIVA) para competir con la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), la escasez de OPIs es una constante en lo que va del sexenio.
La última OPI la protagonizó Cox Energy -empresa de energía solar fotovoltaica- en julio de 2020, en BIVA. Esta es la única Oferta llevada a cabo en el mercado de valores nacional en casi tres años de la administración del presidente.
Para tener una mayor dimensión de la sequía que se vive en las Bolsas mexicanas, en los tres sexenios anteriores se registraron un total de 54 OPIs: nueve fueron en el gobierno de Vicente Fox; 18 con Felipe Calderón, y 27 en el de Enrique Peña Nieto, de acuerdo con datos de los reportes anuales de la BMV.
Sin embargo, el país vivió diversas crisis durante esos gobiernos que pusieron freno a las salidas a bolsa durante algunos periodos. En los últimos 20 años, no se realizaron OPIs en 2001 y 2002, con Fox; en 2009, con Calderón; en 2018, con Peña Nieto, y en 2019 y en los 10 meses hasta octubre de 2021, con López Obrador.
Roces con la iniciativa privada “asusta” colocaciones
Analistas consultados por EL CEO señalaron que si bien la escasez de OPIs en la actualidad obedece a varios factores, las decisiones que se han tomado desde Palacio Nacional y los roces con la iniciativa privada son los principales obstáculos por los que las empresas deciden no obtener financiamiento vía Bolsa.
Las OPIs se dan en un contexto donde hay oferta y demanda. Para esto se requiere que existan las condiciones de estabilidad macroeconómica, reglas del juego claras y estado de derecho, porque eso da tranquilidad para las inversiones de largo plazo
comentó Carlos González, director de análisis y estrategia bursátil de Monex
Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco BASE, subrayó que la aversión de las empresas se dio de manera paulatina, primero con la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM) y después con la consulta pública que derivó en el freno de la construcción de la planta cervecera de Constellation Brands en Mexicali.
Los especialistas coinciden en que a estos eventos se sumaron las iniciativas para reformar la Ley de Hidrocarburos, la Ley de la Industria Eléctrica, la Ley del Banco de México, además de la regularización de las contrataciones con la eliminación del outsourcing y la irrupción de la pandemia de COVID-19 que afectó los negocios de la mayoría de las empresas.
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El Producto Interno Bruto de México (PIB) sufrió el año pasado su caída más profunda en décadas, después de que en 2019 tuvo su primera contracción desde el sexenio de Calderón, algo que se atribuye a las políticas económicas puestas en marcha por el gobierno de AMLO.
González enfatizó que una de las limitantes en medio del clima de incertidumbre es la falta de estímulos fiscales que incentiven a las firmas nacionales a salir a Bolsa. Pese a la desaceleración del crecimiento económico, en México existen las condiciones para tener hasta 500 empresas listadas en el mercado bursátil, según el analista de Monex.
Pero la realidad es diferente, los datos muestran que los inversionistas se alejan cada vez más de las acciones de empresas mexicanas y optan por compañías internacionales. En el segundo trimestre de 2021, el Sistema Internacional de Cotizaciones (SIC) representó 54% del volumen total operado en la BMV.
Mercado se achica
Cuando Vicente Fox inició su sexenio había 172 empresas cotizando en el mercado nacional. Con el paso de los años, ese número bajó a 145 emisoras listadas en la actualidad, una disminución de 16%.
Tres factores son clave detrás de esta caída: la baja bursatilidad en el mercado mexicano, los costos que implica para las compañías mantenerse listadas y la cultura financiera en el país.
México siempre ha tenido el problema de ser un mercado de poco volumen. De las empresas listadas (en la actualidad) 100 empresas no tendrían que estar en la bolsa porque no tienen el volumen mínimo. El estar listados es un pasivo, a las empresas les cuesta
dijo Amín Vera, director de análisis económico de BlackWallStreet Capital
Cuatro empresas que integran el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) —América Móvil, Walmart de México, Fomento Económico Mexicano y Grupo Financiero Banorte—, principal referencial bursátil mexicano, concentran 45% de la ponderación del mercado, mientras que casos como Homex y Pochteca tienen poco volumen de operación, por lo que suelen presentar movimientos bruscos en su cotización cuando hay más demanda de sus papeles.
La BMV estipula que para que una empresa pueda hacerse pública en el mercado de capitales debe contar con gobierno corporativo, estados financieros dictaminados, un historial de operación de al menos 3 años y un capital contable de 20 millones de UDIs y al menos 200 accionistas.
Además, están los gastos de las emisiones como los honorarios de los colocadores, el pago de mantenimiento a la BMV, el registro nacional de valores y la contratación de formadores que cubran los volúmenes mínimos de operación.
Estos costos y las bajas valuaciones provocan que las compañías opten por otras vías de financiamiento, como el crédito, en un contexto de bajas tasas de interés. A esto se suma que en México menos de 2% de la Población Económicamente Activa (PEA) participa en Bolsa, aun con el aumento de cuentas individuales en casas de bolsa en el último año, explicó Vera.
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Próximas salidas
En las últimas semanas, Maxcom Telecomunicaciones informó que Transtelco Holding lanzó una Oferta Pública de Adquisición (OPA) para comprar las acciones y deslistarlas del mercado de valores, mientras que Urbi anunció que un grupo de accionistas podrían llevar a cabo una o varias ofertas públicas, lo que concluiría en una eventual salida.
Con ello, se suman a un grupo de empresas que buscarán abandonar el mercado bursátil como Bio Pappel, a cargo de Miguel Rincón, que la semana pasada recibió autorización de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) para cancelar el registro de sus acciones.
Otros casos son Lala, del empresario Eduardo Tricio, que concluyó su OPA en septiembre y espera su próxima asamblea de accionistas para solicitar su desliste de la BMV, y Pochteca, que tiene la intención de dejar de cotizar en el mercado bursátil.
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IEnova y General de Seguros también están en proceso de darse de baja de la BMV. Otras emisoras arrastran solicitudes desde hace varios años, tal es el caso del fabricante de toallas Hilasal, Ingeal, exdueña de la marca de galletas Mac’Ma y la cadena de Farmacia Benavides.
Durante el gobierno actual, Rassini, productor de componentes para suspensión de vehículos comerciales ligeros, completó la cancelación del registro de sus acciones en 2019.
Es probable que más empresas sigan saliendo en lugar de que entren más. Lo malo es que entre más pequeño es el mercado tiende a ser más ineficiente (…) Es retroceder varios años en la cultura financiera de la empresa
indicó Siller