El banco más grande de Estados Unidos, JP Morgan Chase, mostró una actitud positiva con respecto al desempeño de las acciones estadounidenses, contrario a su política conservadora, y prevé un avance significativo para el S&P 500 en el 2025. 

La institución, que fue dirigida por Marko Kolanovic hasta principios de 2024, estableció su objetivo para el índice en este año basado en cifras pesimistas establecidas desde 2022, con un valor de 4,200 unidades.

Esto a pesar de que el índice de referencia de la renta variable de Estados Unidos ya logró superar ese nivel, por encima de 6,000 puntos, y con todo y la rapidez con que Wall Street buscaba mejorar sus perspectivas. 

El experto Dubravko Lakos-Bujas, quien se encargó este verano de la investigación de mercados de JP Morgan, publicó recientemente un nuevo objetivo para finales de 2025, el cual es mayor al estimado de 6,300 unidades fijado por estrategas seguidos por Bloomberg. El nuevo pronóstico del banco se estableció en 6,500. 

¿Qué elementos impulsarán al S&P?

Este nuevo pronóstico se traduce en un avance de alrededor de 8% desde el cierre del martes, cuando el índice terminó en 6,022 unidades. Para su estimado, Lakos-Bujas se guió en las expectativas de un mercado laboral saludable, un auge del gasto de capital en la búsqueda de liderar en tecnología artificial, recortes en las tasas de interés, entre otros aspectos favorables. 

La mayor incertidumbre geopolítica y la agenda política en evolución están introduciendo una complejidad inusual en las perspectivas, pero es probable que las oportunidades superen los riesgos

escribió Lakos-Bujas en una nota a clientes.

Esta nueva perspectiva revierte a la establecida por estrategas de JP Morgan, que perduró durante gran parte de los últimos dos años. Para este 2024, el grupo estimaba una desaceleración económica que presionaría las ganancias corporativas y advirtieron que el posicionamiento abarrotado, la baja volatilidad y las altas valoraciones hacían que las acciones fueran “muy vulnerables”. 

Sin embargo, el S&P está en camino de registrar dos años consecutivos de ganancias que superarán el 20% por primera vez en el siglo, todo esto debido al entusiasmo por la inteligencia artificial, la flexibilización monetaria y una economía fuerte inyectan a los precios de las acciones.

A su vez, las predicciones de los principales bancos y analistas para el siguiente año son positivas: Goldman Sachs, Bank of America y Morgan Stanley se sitúan en el nivel de 6,600, con previsiones que alcanzan hasta los 7,000 de Yardeni Research y Deutsche Bank.

La preocupación por Donald Trump

Sin embargo, estas visiones optimistas se asoman en un momento en que la preocupación por las amenazas del presidente electo Donald Trump, que van desde los aranceles hasta la deportación masiva de trabajadores, permea aspectos como la inflación, las acciones y el rendimiento de los bonos. 

Asimismo, las acciones estadounidenses se encuentran en medio de una encrucijada, debido a que el S&P 500 cotiza más de 22 veces las ganancias proyectadas para 12 meses, a comparación de la lectura promedio de 18 de la última década. 

El momento, el alcance y los efectos de múltiples órdenes de las medidas políticas y las órdenes ejecutivas siguen siendo palancas desconocidas considerables para las ganancias, 

apuntó Lakos-Bujas. 

Los esfuerzos de estímulo de China, el enfoque de Trump en los mercados y los recortes de tasas de la Reserva Federal podrían ayudar a poner un piso al mercado, ante las amenazas de políticas demasiado bruscas que podrían llevar a una baja en las acciones. 

Según estrategas de JP Morgan, la agenda energética de Trump para 2025 presenta riesgos a la baja para los precios del crudo, a consecuencia del aumento de la producción estadounidense y de la desregulación, y es posible que exista una mayor actividad en los mercados de capitales gracias a una baja en las tasas y un contexto regulatorio más favorable. 

En cuanto a sectores, la recomendación de JP Morgan es que exista una infraponderación en energía y consumo discrecional; una sobreponderación en finanzas, servicios de comunicaciones y servicios públicos; y una postura neutral en los seis sectores que restan del S&P 500. 

Asimismo, a nivel regional el banco opta más por las acciones de USW sobre las acciones de mercados emergentes y las europeas. A su vez, afirma que las acciones japonesas se beneficiarán de la mejora del crecimiento de los salarios reales, la continuación de reformas corporativas, y la aceleración de las recompras, con lo que mantiene una sobreponderación sobre ellas. 

Con información de Bloomberg

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