Una parte importante de los tenedores de los bonos emitidos para financiar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) tiene algunas preocupaciones sobre la oferta de recompra que lanzó el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), lo que podría complicar las negociaciones.

El grupo ad hoc de tenedores, representado por el despacho de abogados Hogan Lovells, junto con otros tenedores en contacto con ellos, supera el 50% en monto principal de al menos una de las cuatro series emitidas de los bonos y dijo que no puede apoyar la propuesta de recompra de GACM tal y como está ahora.

Esta semana, el GACM anunció una oferta de recompra por 1,800 millones de dólares de los 6,000 millones de dólares emitidos por el gobierno de Enrique Peña Nieto para financiar parte del NAIM. Los bonos están divididos en cuatro emisiones, con un bono a vencer en 10 y 30 años y un bono verde a vencer en 2028 y 2047 y están garantizados por la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Benito Juárez.

Entre algunas de los preocupaciones del grupo ad hoc destacan: en relación con el nuevo aeropuerto, la liberación y eliminación de garantías y eventos de incumplimiento según la documentación pertinente; en relación con el aeropuerto existente, la potencial reducción de garantías en la utilización o desarrollo de aeropuertos alternativos o adicionales en el área de la Ciudad de México, ya sea a corto o a más largo plazo; una mayor reducción potencial de la garantía con respecto a la liberalización de la prueba de pagos restringidos en dos de las cuatro series de bonos, de acuerdo con un comunicado.

La cancelación de la construcción del aeropuerto en Texcoco puede traer consecuencias legales dado que los bonos se emitieron en Singapur bajo la ley de Nueva York, por lo que para evitarlo, el gobierno mexicano debe conseguir, además de una recompra exitosa, convencer a los inversionistas para aceptar nuevas condiciones y la cancelación del aeropuerto.

“Sin embargo, el grupo de tenedores de bonos ad hoc AT está preparado para dialogar con MexCAT (el Fideicomiso del aeropuerto) para abordar estas inquietudes”, dice el comunicado.

Para que la recompra se concrete requieren el consentimiento de 50% más 1% de los tenedores de cada una de las series.

Arturo Herrera, subsecretario de Hacienda, dijo en entrevista con Aristegui Noticas este martes que la estructura de los bonos está garantizada con la TUA del aeropuerto Benito Juárez y en el momento en que entrara en funciones el aeropuerto de Texcoco, habría un sustitución de la TUA, es decir, en lugar del Benito Juárez, los bonos estarían garantizados con el impuesto de Texcoco.

“El impuesto que se captura en el aeropuerto Benito Juárez es suficiente (…) Cuando se modeló (por las agencias calificadoras) se estimaba que el Benito Juárez podría recibir hasta 37 millones de pasajeros al año hoy recibe 48 millones. Una vez que el presidente (López Obrador) decidió dejar de utilizar el avión presidencial, no hay necesidad de tener el hangar en el Benito Juárez y eso puede ampliarse, se va a utilizar para una terminal remota y puede tener una capacidad para 50 millones, de tal forma que el impuesto es suficiente”, dijo Herrera.

Los buitres acechan

La volatilidad que ocasionó la noticia de la cancelación del NAIM en Texcoco, tras una consulta ciudadana organizada por el equipo de Andrés Manuel López Obrador, llegó a tumbar el precio de los bonos.

En el caso del bono a vencer en el 2046, el precio cayó hasta un mínimo de 73.87 dólares en días pasados -su precio inicial fue de 100 dólares-, para cotizar en la sesión de este miércoles en 83.06 dólares. Esta situación ya ha sido aprovechada por los llamados fondos buitre.

“Estamos empezando a ver señales muy pequeñas de este tipo de inversionistas que generalmente están asociados por ejemplo a los fondos buitre, que tratan de generar volatilidad con declaraciones para obtener una utilidad, no es inusual y es algo con lo que vamos a estar viviendo las próximas semanas. Hay que mantener la calma, es un poquito de póquer y una postura de traer una sustancia atrás”, dijo Herrera.

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