El incremento en el precio de la mezcla mexicana de exportación y las expectativas de un nuevo apoyo financiero a Pemex por parte del gobierno federal han hecho que los bonos de Pemex recuperen su atractivo y el rally que han tendido.
Los precios de los bonos de Pemex más operados en el mercado presentan alzas que rozan hasta el 10% en poco menos de tres meses, lo que ha superado lo logrado por los bonos soberanos de México, en dólares, en el mismo lapso.
Parte del incremento del precio de los bonos de Pemex se debe al aumento de la mezcla mexicana de exportación; su precio ha avanzado 35% en el año a 60 dólares por barril, su nivel más alto desde mediados de noviembre.
Otro punto que ha ayudado a la deuda de la petrolera es el respaldo que ha tenido del gobierno federal. Hasta el momento, la ayuda del gobierno –entre inyección de capital, ayuda fiscal, monetización de pasivos y la proyección de ahorros por un menor robo de combustible– suman 103,000 millones de pesos.
A la espera de más ayuda ¿pero, de dónde?
En una nota de Morgan Stanley titulada ‘Pemex, ¿más apoyo en camino?’, la firma de servicios financieros espera que el gobierno tome parte de los recursos del fondo de estabilización de petróleo para inyectarlos en Pemex e indica que este fondo cuenta con un total de 15,500 millones de dólares.
De concretarse lo anterior, serviría como un nuevo impulso para los bonos de la petrolera.
No obstante, el último reporte financiero del Fondo Mexicano del Petróleo arroja que al cierre de 2018, contaba con una reserva de solo 1,500 millones de dólares, aunado a que el destino de sus recursos tiene algunos candados legales.
“Está limitado por ciertos artículos. No queda muy claro si se refiere al fondo petrolero o se refieren al Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios, de cualquier forma cualquiera de los dos tiene limitaciones, de manera que Hacienda no puede utilizar esos recursos para dárselos a Pemex, legalmente tendría que haber una reforma”, comentó Alejandro Limón, investigador del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
En este sentido, hay una mínima posibilidad de que pudiera ser utilizado de esta forma porque el uso de estos recursos está condicionado si se compromete la recaudación de ingresos petroleros. Sin embargo, en enero, los ingresos petroleros cayeron 52.3% anual.
“Vemos complicado que puedan echar mano de esos recursos (…) Va a depender del área que quieran apoyar, pero se ve complicado que vengan del Fondo Mexicano porque su objetivo es generar ahorros a largo plazo y sería muy polémico”, dijo Limón.
Distintos funcionarios de gobierno y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, han externado el respaldo total del gobierno hacia Pemex.
El hecho que el gobierno federal, explícitamente, haya ofrecido su respaldo y dejara abierta la posibilidad de más ayuda a Pemex quita parte del riesgo que se veía en el corto plazo
dijo Alejandro Saldaña, economista en Jefe de Grupo Financiero Ve por Más (Bx+).
El subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, dijo al diario británico Financial Times que el gobierno prepara una nueva inyección de capital para Pemex y comentó que, los 2,500 millones de dólares etiquetados para la refinería de Dos Bocas, Tabasco, podrían contemplarse dado que estimaba que su construcción se aplazaría.
No obstante, el presidente López Obrador, dijo que este era un malentendido y que el proyecto de la refinería sigue en pie para este año.
A pesar de esto, los actores financieros están convencidos de que vendrá más ayuda a Pemex y esperan sea anunciada por el presidente el 18 de marzo, cuando se conmemora la expropiación petrolera.
La calificadora Standard & Poor’s tiene una probabilidad casi cierta de apoyo extraordinario de parte del gobierno a la empresa, ante un escenario de estrés financiero. Lo anterior lo expresó cuando le cambio la perspectiva de calificación a Pemex a ‘negativa’ desde ‘estable’ a inicios de marzo.
Mientras se esperan nuevas medidas de apoyo, Pemex tiene una deuda de 104,000 millones de dólares, suficiente para otorgarle el título de la petrolera más endeudada del mundo.
A los problemas financieros se suma una caída en la producción. Al cierre de enero producía 1.86 millones de barriles diarios; el objetivo de la presenta administración es que Pemex produzca a 2.45 millones de barriles por día, hacia finales del sexenio.
“Pemex deberá centrarse en su principal negocio, en el más rentable, que es la producción de petróleo. En la medida en que esto se logre y se vayan reduciendo las cargas fiscales podrá tener mayor flujo libre de efectivo para ser más solvente y hacer frente a los compromisos financieros”, comentó Saldaña.