Podrías pensar que quienes invierten sus recursos en los mercados ponen mucha atención en cuáles empresas eligen, pero la emoción de ser de los primeros no siempre es buena consejera y, a veces, se les olvida checar dos veces si el nombre de la firma es el correcto.

Cuando la empresa de videoconferencias Zoom Video Communications debutó en el Nasdaq -con la clave de cotización ZM- el precio de sus acciones se disparó más de 80% durante las primeras operaciones.

Pero así como ocurre a la hora de elegir un nombre de usuario en una red social, su clave de cotización más lógica, ZOOM, ya estaba tomada por una empresa de Pekín llamada Zoom Technologies, cuyas acciones llegaron a subir hasta 124% durante el debut de Zoom.

En los 30 días previos a la oferta pública inicial, con la emoción por las esperadas ofertas públicas iniciales de varios unicornios tecnológicos, las acciones de la empresa china crecieron más de 1,000%, de venderse en 0.005 dólares el 21 de marzo a un máximo de 5.76 dólares el 15 de abril.

Pero no es la primera vez que este tipo de equivocación ocurre, y probablemente tampoco sea la última.

A mediados de febrero, Johnson & Johnson llegó a un acuerdo para comprar una empresa de robots quirúrgicos por 3,400 millones de dólares.

Los inversionistas (y algoritmos) se abalanzaron entonces sobre las acciones de Auris Medical, que subieron hasta 30% durante la sesión del 13 de febrero. ¿El problema? La empresa que Johnson y Johnson compró se llama Auris Health.

Cualquiera comete un error, dirían muchos. Pero este en específico ya había ocurrido previamente: el 23 de enero las acciones de Auris Medical se dispararon más de 30% cuando se supo que Johnson y Johnson estaba buscando la adquisición.

Auris Health, por cierto, es una empresa privada, es decir, no tiene acciones cotizando actualmente.

¿Otros casos? Snap anunció en febrero de 2017 que planeaba salir a bolsa, aunque sin establecer una fecha para su oferta pública inicial (OPI). Esa semana, las acciones de Snap Interactive, creadora de un software para videollamadas, ganaron 95%.

Cuando Mark Zuckerberg decidió apostar por la realidad virtual comprando Oculus VR en marzo de 2014 por 2,000 millones de dólares, las acciones de la canadiense Oculus Vision Tech se dispararon más de 150%, mientras que las de Oculus Innovative Sciences subieron 15%. ¿La única relación? Tener Oculus como parte de su nombre.

A inicios de octubre de 2013, Twitter presentó a las autoridades los documentos necesarios para realizar su OPI, con TWTR como clave de cotización.

Un día después, las acciones del minorista de electrónicos Tweeter Home Entertainment Group, que pidió protección por bancarrota en 2007 y cerró en 2008, subieron hasta 1,400%, luego que los inversionistas ansiosos se confundieron con su clave de cotización: TWTRQ.