Junto con el peso mexicano, otras monedas de países de Latinoamérica fueron de las pocas que lograron ganancias frente al dólar en 2022, dejando atrás a la mayoría de las divisas a nivel global.
De acuerdo con datos de Bloomberg, tomando el tipo de cambio spot, el peso acumuló una apreciación de 5.3%, con lo que se posicionó tan solo por detrás del real brasileño (5.6%), que ocupó el primer lugar de una canasta de 23 principales cruces.
En tercer lugar quedó el sol peruano con una ganancia de 5.13%; el rublo ruso, la única moneda de otra región que logró una apreciación, con 1.32%, y el peso chileno, de 0.10%.
De la canasta de los principales cruces ante el dólar, 18 divisas presentaron depreciaciones entre enero y diciembre.
Las monedas latinoamericanas brillaron a pesar de que el dólar se fortaleció en el mercado cambiario gracias al ciclo de alzas a la tasa de interés que inició la Reserva Federal (Fed) en marzo para combatir la inflación.
El endurecimiento monetario continuó de manera ininterrumpida hasta diciembre, de tal manera que se generaron expectativas entre los inversionistas que apuntaban a que el dólar seguiría ganando terreno
explicó Janneth Quiroz, subdirectora de análisis económico de Monex.
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Las razones
En los casos de las monedas de economías sudamericanas, la razón principal de las apreciaciones tiene que ver con el repunte que experimentaron los precios del petróleo y otras materias primas a lo largo del año pasado.
Las alzas en los precios de las materias primas en una parte del año favorecieron mucho a estas divisas, más que al peso mexicano, que es la más líquida, aunque México no sea primordialmente un país exportador de materias primas
dijo Jesús López, subdirector de análisis económico de Banco Base.
En varios momentos del año, los precios del crudo, metales y otros commodities tuvieron fuertes alzas, a partir de que en febrero Rusia invadió Ucrania, aunque al cierre del año las cotizaciones registraron ajustes.
Un segundo factor está relacionado con la adopción de una política monetaria más restrictiva de los bancos centrales de la región. Ante los elevados niveles de inflación, los entes monetarios emplearon aumentos más constantes que la Fed a las tasas de interés.
La tasa de referencia de Banco de México (Banxico) finalizó el año en un nivel histórico de 10.50%. La más alta de la región es la de Brasil, de 13.75%, mientras que la de Chile quedó en 11.25% y la de Perú en 7.50%.
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Peso colombiano no corre con la misma suerte
A diferencia de las divisas de las economías más grandes de Latinoamérica, el peso colombiano finalizó 2022 con una depreciación de 15.9%, en el tercer lugar de las monedas que más perdieron junto con el peso argentino y la lira turca.
Dicha depreciación fue provocada por el cambio de gobierno, después de que el político de izquierda, Gustavo Petro, se convirtiera en el presidente de Colombia a partir del 7 de agosto, explicó López.
En los últimos años la izquierda ha tomado fuerza en la región, algo que no suele gustar al mercado por los cambios en el manejo de la política económica que llevan a cabo.
Aun con las apreciaciones de algunas monedas, persiste un clima de incertidumbre por acontecimientos recientes en América Latina, entre ellos la destitución de Pedro Castillo como presidente de Perú en diciembre o los cambios a la Constitución de Chile.
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¿Qué sigue para el ‘superpeso’?
Según los analistas consultados, es probable que el peso mantenga su estabilidad en los primeros meses, aunque puede comenzar a depreciarse si se dan señales de un deterioro económico por las alzas a las tasas de los bancos centrales.
Es posible que veamos más volatilidad porque se estima que Estados Unidos caerá en una recesión, lo que tendría implicaciones adversas sobre los factores que hicieron que el peso se apreciara
mencionó Quiroz.
Durante 2022 la moneda azteca tomó un impulso gracias al crecimiento de las exportaciones, la entrada récord de remesas, de Inversión Extranjera Directa (IED) y la recuperación del turismo.
Los participantes del mercado ya dan señales de que esperan una depreciación del peso, ya que las posiciones especulativas netas cortas hilaron dos semanas, tras ocho semanas consecutivas con apuestas por la apreciación.
No quiere decir que esto se va a traducir en una depreciación sostenida del peso mexicano, pero si viéramos que se siguen acumulando, podría traducirse en un ajuste del tipo de cambio en el mercado spot
subrayó López.