El dólar mantendrá sus ganancias en el corto plazo, impulsado por la demanda de activos seguros ante el empeoramiento del panorama económico mundial, mientras que se espera que otras monedas importantes en el mejor de los casos ganen terreno hasta el próximo año, de acuerdo con un sondeo de Reuters.
Alrededor de 45% de los analistas encuestados -27 de 63- dijeron que el dólar permanecerá cerca de sus niveles actuales o dentro de un rango acotado en los próximos tres meses. Veinte analistas prevén que el dólar bajará y los 16 restantes esperan una mayor apreciación.
Pero dentro de un año, pronostican los analistas, el dólar se debilitará contra buena parte de las monedas importantes. Es la misma estimación que ha tenido el grupo por tres años consecutivos, y hasta el momento ha sido incorrecta.
Medidas de emergencia
El derrumbe de los mercados financieros y la casi segura recesión que sobrevendrá a causa de la pandemia ha provocado una búsqueda desenfrenada de fondos en dólares. La situación elevó el costo de endeudamiento en dólares en los mercados de financiamiento, y los diferenciales de swaps cambiarios a tres meses alcanzaron los niveles de la crisis del 2007 el mes pasado.
Pero estos diferenciales empezaron a remediarse una vez que la Reserva Federal lanzó medidas para mejorar la liquidez en dólares al facilitar el acceso a la moneda de otros bancos centrales mediante líneas de swaps, lo que llevó a los especuladores a reducir sus apuestas por un dólar más fuerte en la última semana.
“Después de que los mercados enloquecieron sobre la escala de disponibilidad del dólar, quedé impresionado con la determinación de la Fed. El privilegio exorbitante que tiene Estados Unidos al manejar al dólar tiene un talón de Aquiles y la Fed podría salir perjudicada”, dijo Kit Juckes, estratega de macroeconomía de Societe Generale.
“Me gusta que la Fed gane esta batalla esta vez. Al final, sin embargo, y eso no significa hoy, hay un ejército de especuladores del dólar afuera aprovechando este momento”.
La demanda por activos de refugio ha elevado al índice dólar en 3.5% y lo llevó a registrar su mejor desempeño en un primer trimestre desde 2015.
Lo que enseña el pasado
¿Pero qué pasa si esto es solo una pausa en el ascenso del dólar en lugar de un cambio de rumbo?
Ilan Solot, analista de Brown Brothers Harriman, que trabajó en la Fed en 2008 como operador de divisas, se encuentra entre los que prevén otro episodio de fortaleza.
“Los líderes económicos entienden bien el problema de la escasez de fondos de la crisis anterior y se han apresurado a resolverlo, pero esta crisis podría suponer una auténtica conmoción en la economía real”, dijo.
Los banqueros centrales han repetido la estrategia de estímulos de 2008, pero “se trata de un choque de liquidez para la economía real, y no sabemos cuál será su evolución”, añadió Solot.
Como muchos analistas, este experto sugiere analizar la crisis de 2008.
Durante todo 2007 y hasta bien entrado 2008, el índice dólar cayó de manera constante a medida que los fondos de inversión aumentaban sus posiciones cortas en la divisa pese a la creciente inquietud por las hipotecas de alto riesgo de Estados Unidos y la caída de Bear Sterns. Pero de marzo a noviembre de 2008, el dólar se disparó 24% gracias a la demanda del extranjero.
Y, al igual que ha ocurrido recientemente, los tipos del mercado monetario se dispararon.
Después, se pusieron en marcha los recortes en los tipos de la Fed y el proyecto de ley de rescate bancario, por valor de 700,000 millones de dólares. A medida que el atasco del mercado monetario se atenuaba, el dólar retrocedía y tocó suelo el 18 de diciembre de 2008.
Sin embargo, el respiro fue breve. La moneda volvió a despegar y subió otro 15% antes de alcanzar su punto máximo en marzo de 2009. Esto permitió que las acciones y los mercados emergentes tocaran fondo.
La incertidumbre esta vez es que las crisis gemelas de la demanda y la oferta causadas por el virus podrían durar indefinidamente a medida que se propaga la epidemia. Es probable que las empresas y los individuos que tratan de mantenerse a flote acaparen dólares en efectivo.
Un movimiento alcista ahora también encajaría con la llamada teoría de la “Sonrisa del dólar”. Según esta propuesta del exanalista de Morgan Stanley Stephen Jen, el dólar se fortalece en tiempos difíciles, cuando los inversores se apresuran a buscar activos seguros y líquidos.
Posteriormente cae cuando el crecimiento de Estados Unidos flaquea, obligando a la Fed a recortar los tipos de interés —la parte central de la sonrisa—, antes de volver a subir cuando la economía del país lidera el rebote del crecimiento mundial.
Jen espera que la economía estadounidense se recupere totalmente a finales de año, mientras que Europa solo recuperará los niveles de PIB de finales de 2019 hacia finales del próximo año.
“Estábamos en la parte izquierda de la sonrisa del dólar, pero durante gran parte de la segunda mitad de 2020 y en 2021, creo que nos moveremos hacia la derecha de la sonrisa del dólar”, añadió.
E incluso después de grandes recortes en los costos del crédito, los activos en dólares ofrecen mayores rendimientos: las letras del Tesoro a tres meses ofrecen un retorno superior en un punto porcentual a las alemanas al mismo plazo.
A pesar de su retroceso, el dólar está cerca de su nivel más alto desde 2002 frente a las monedas de sus socios comerciales, lo que reaviva la especulación de la intervención del Tesoro para contenerlo. Pero las turbulencias actuales hacen que eso sea poco probable.
“La histórica racha alcista no ha terminado”, dijo Goldman Sachs, que añadió que en caso de producirse una mayor caída en la renta variable, podría haber otro 3%-5% de alza en el índice del dólar desde los recientes máximos.