La crisis que atraviesa el sector de financieras no bancarias se agrava: Mexarrend, enfocada en créditos a pequeñas y medianas empresas (pymes) que en diciembre cambió de nombre a Tangelo, cayó en default este jueves.
El incumplimiento de Tangelo en el pago de certificados bursátiles por 85 millones de pesos que vencieron el 19 de enero supone un nuevo golpe a la confianza en el sector, tras los defaults de Crédito Real, Unifin y AlphaCredit.
Tangelo tampoco contempla realizar el pago de intereses de un bono internacional de alrededor de 300 millones de pesos que vence el próximo 24 de enero, dijo la empresa en un comunicado.
La incapacidad de la compañía de cumplir con sus obligaciones en el pago de su deuda cerrará aún más la llave para que las financieras no bancarias accedan a financiamiento barato.
Tras el anuncio, las calificadoras S&P Global Ratings y HR Ratings redujeron la nota crediticia de Tangelo esta semana, citando problemas de liquidez de la empresa.
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Deloitte, el común denominador entre Mexarrend y otras financieras
Tangelo reveló que después de hacer una revisión a su portafolio descubrió errores contables en el registro de algunos activos financieros, por lo que espera dar de baja 655 millones de pesos para corregirlos.
El común denominador entre Tangelo, Crédito Real y AlphaCredit es que la firma Yamazaki, Ruiz Urquiza, que en México representa a Deloitte, fue el auditor de sus estados financieros.
Antes de que Crédito Real y AlphaCredit cayeran en default e iniciaran procedimientos para reestructurar su deuda, también reconocieron errores en sus registros contables.
Esas son las noticias que alimentan la incertidumbre y hacen más complejo al inversionista apostar por esas compañías. Ya hay un común denominador que te habla de que hay problemas de transparencia
dijo en entrevista Vicente Gómez, analista senior de Moody’s Local México.
De acuerdo con el último informe anual de Mexarrend (Tangelo) de 2021, Deloitte México fue su auditor independiente, al menos entre 2018 y el año del que data el reporte.
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Se cierran emisiones y líneas de crédito
El panorama para Tangelo en el mediano y largo plazo luce más retador, ya que entre las financieras no bancarias más grandes del país es la que se encuentra en una posición de liquidez más precaria, según Moody’s Local México.
La deuda de la compañía incluye la amortización total del capital de su bono internacional por casi 6,000 millones de pesos, además del pago de dos cupones más sobre dicha emisión por poco más de 600 millones.
Tangelo también tiene deuda quirografaria emitida en el mercado local por alrededor de 1,400 millones de pesos y un aproximado de 2,100 millones en deuda con bancos.
Gómez explicó que el default de Tangelo cerrará por completo el acceso a bonos quirografarios para la mayoría de las financieras no bancarias, tanto en el mercado internacional como en el local.
Las líneas de crédito otorgadas por la banca comercial y la banca de desarrollo serán más costosas y aumentarán las garantías de pago que piden sobre activos como hipotecas y carteras.
En ese contexto, las compañías que lograrán sortear mejor las limitaciones en el acceso a capital fresco serán las que tengan una relación de más tiempo con los bancos que tienen como acreedores.
Las entidades tienen flexibilidad para recurrir a deuda garantizada en 2023, sin embargo, los errores contables generan dudas sobre la calidad de los activos que respaldan estas emisiones.
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Bonos, en caída en picada
En 2022, la entonces Mexarrend ya daba señales de complicaciones para cumplir con sus obligaciones, a pesar de que realizó el pago de un bono internacional por 30 millones de dólares en octubre.
Los inversionistas anticipaban que Mexarrend podría enfrentar un escenario similar al de otras financieras no bancarias y el precio de sus bonos con vencimiento en 2024 comenzó a caer.
Esta semana, previo al default, los bonos anotaron un mínimo histórico de seis centavos por dólar, mientras que el precio más alto de 1.06 dólares lo alcanzaron en febrero de 2020.