Boeing reportó este miércoles su cuarto trimestre consecutivo de pérdidas ya que la crisis del COVID-19 y la paralización de vuelos del modelo 737 MAX dañaron las ventas, al tiempo que reafirmó sus expectativas de que las entregas de aviones en Estados Unidos se reanuden antes de fin de año.
La compañía dijo que se está ciñendo a las reducidas tasas de producción de aparatos de fuselaje amplio anunciadas en julio, así como su objetivo de lograr una tasa de construcción de 31 aviones de fuselaje estrecho mensuales a principios de 2022.
La pandemia del COVID-19 provocó la suspensión casi total de los vuelos, llevando a grandes aerolíneas al borde de la quiebra y obligándoles a buscar ayuda gubernamental, rebajar costos y retrasar las entregas de aparatos.
Escenario adverso
Como resultado de la pandemia, Boeing, con sede en Chicago, recortó su producción, redujo miles de empleos y cambió su estrategia de desarrollo de aviones, al tiempo que trabajó para salir de las profundidades de la crisis y una paralización de operaciones a nivel mundial de su modelo 737 MAX que dura ya 19 meses, tras dos accidentes mortales.
La firma comenzó una serie de despidos más temprano en el año y espera recortar 19,000 empleos para fin de 2020 de los casi 160,000 trabajadores que tenía a nivel mundial a fines de 2019.
El flujo libre de caja de la compañía subió a 5,080 millones de dólares en el trimestre, desde los 2,890 millones de dólares de un año antes, mientras que la deuda total se disparó de 19,200 millones de dólares a 61,000 millones de dólares.
Excluyendo ítems, Boeing perdió 1.39 dólares por acción en el tercer trimestre, concluido el 30 de septiembre. Los ingresos cayeron 29%, a 14,140 millones de dólares.
En los primeros minutos de la sesión en Nueva York, las acciones de Boeing pierden 2.5%, para cotizar en 151.19 dólares. En lo que va del año, los títulos acumulan un retroceso de 53%.