Las acciones de la firma de pagos electrónicos alemana Wirecard experimentan el fenómeno del ‘dead cat bounce’, es decir, un rebote menos de una semana después de declararse en bancarrota tras un escándalo contable.
Los títulos de la empresa se dispararon 154% en la bolsa de Fráncfort, a 3.3 euros, con lo que marcaron su mejor día desde que se volvió pública y llegaron a subir hasta 195%, un récord intradía.
Aún así, el valor de mercado de Wirecard ha perdido 96% en lo que va de 2020. En abril, las acciones de la compañía llegaron a valer 140 euros y cotizaban por encima de los 100 euros hasta hace dos semanas.
El repunte se debe a un fenómeno conocido en el mercado como ‘dead cat bounce’, que se produce cuando las acciones de una compañía incrementan su valor después de una caída considerable.
El atractivo por las acciones de Wirecard aumentó tras reportes de que la empresa de pagos francesa Worldline está interesada en adquirir una participación en la compañía.
Analistas de Jeffreys dijeron este lunes que además de Worldline, rivales de Wirecard en Alemania como Adyen y Concardis muestran interés por rescatar a la empresa.
La capitalización de la empresa alemana se desplomó en un lapso de dos semanas luego de varios episodios que concluyeron con la presentación de una solicitud de insolvencia el jueves de la semana pasada, lo que convirtió a Wirecard en la primera firma del DAX en quebrar.
Días antes, Wirecard dijo que 2,000 millones de euros extraviados en su hoja de balance probablemente nunca existieron, después de que la auditora EY se negó a firmar sus cuentas tras revelar que la firma incurrió en un posible fraude contable.
El 23 de junio, la fiscalía de Múnich -sede de Wirecard- detuvo al ex-CEO de la empresa, Markus Braun, acusado de inflar artificialmente la hoja de balance con el objetivo de mostrar a la compañía más sólida ante clientes e inversionistas.
Sin embargo, el empresario de origen austriaco pagó una fianza de 5 millones de euros, pero tendrá que rendir cuentas a la policía semanalmente mientras se encuentra bajo investigación.
El fin de semana, Wirecard dijo en un comunicado que mantendrá sus actividades comerciales pese a la declaración de insolvencia y señaló que analizará si sus filiales tienen que presentar solicitudes ante la corte de Múnich.
La compañía precisó que la división bancaria de Wirecard no forma parte de los procedimientos de insolvencia, por lo que la transferencia de fondos de Wirecard Bank no se ve afectada.
El viernes, la Comisión Europea comenzó una investigación al regulador financiera de Alemania y pidió a la Autoridad Europea de Valores realizar un análisis de búsqueda de hechos.