La Psicología es una profesión que en México es ejercida mayoritariamente por mujeres, aunque son los hombres quienes ganan más.

“Sigmund Freud afirmaba que por naturaleza, a las mujeres se les da mejor limpiar”, escribió Katrine Marçal en su ensayo ¿Quién le hacía la cena a Adam Smith?

El afamado padre del psicoanálisis —una rama de la psicología— tenía una limitada percepción de las capacidades de las mujeres, y más de ocho décadas después de su muerte, la historia evidencia otra realidad. 

De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la Psicología es la sexta carrera profesional con mayor demanda en el país. En 2021, alrededor de 440,154 personas decidieron estudiar esta profesión, de las cuales 77% son mujeres

Pese a una mayor participación de las mujeres en esta carrera, al momento de hablar de los ingresos que perciben, ellas ganan menos que los hombres. Según datos del IMCO, las mujeres psicólogas perciben en promedio 9,512 pesos; mientras que los hombres 11,875 pesos. 

Anabel Tapia Ordoñez, psicoterapeuta especialista en Psicología Humanista de la Clínica de Atención Psicológica Integral (CAPI) señala que desde que estudiaba la carrera, el 80% de los estudiantes eran mujeres y solo el 20% varones.

En su opinión, considera que la psicología es más una carrera de mujeres, aunque no descarta que hay excelentes terapeutas varones.

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Psicología, con espacio para todos

La psicología ocupa el lugar 30 de 47 carreras que evalúa el IMCO sobre cuáles son las mejor pagadas. El salario promedio mensual a nivel nacional es de 6,687 pesos. Si se considera el salario de las personas que trabajaron al menos 35 horas a la semana, el promedio mensual fue de 10,221 pesos. 

En tanto, la tasa de ocupación en el área psicológica representa el 93.7%; la tasa de desempleo 6.3% y la tasa de informalidad 27.1%.

Anabel Tapia agregó que en su área laboral no solo hay espacio para las mujeres, pues se han abierto oportunidades para los varones en cuanto a capacitaciones de terapia, por tanto, se han roto paradigmas sobre la igualdad de género.

De este lado, de seis o siete especialistas presentes en la psicoterapia, hay un solo varón, pero no es que no se reciban o se les niegue la entrada a trabajar, simplemente el número de hombres que se interesan en estar en la clínica es menor

compartió.

A pesar de que los grupos de trabajo de mujeres en esta área son más vastos, no existe deficiencia en cuanto a la equidad de género, pues la integración de hombres y mujeres en el campo laboral de la psicoterapia es la misma, percibe la especialista. 

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COVID-19: mayor impacto en salud mental de mujeres

La pandemia por COVID-19 ha generado diversas afectaciones a la salud, tanto de mujeres como de hombres, donde la salud mental es uno de los aspectos que pudo tener un efecto adverso, observable en condiciones como la ansiedad o la depresión, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Los factores como depresión y ansiedad registraron mayor incidencia en mujeres que en hombres durante el año del encierro, siendo Tabasco, Guerrero y Zacatecas los estados con mayor condición de depresión, con más del 23% en mujeres de 18 años en 2021.

Respecto a los estados con mayor incidencia de ansiedad se encuentra Yucatán y Chiapas, con más del 60% de mujeres.

Históricamente el encierro trajo más repercusiones para las mujeres, porque en México se tiene la cultura o percepción de que sabemos resolver cosas de la casa; entonces recaen las responsabilidades domésticas en nosotras solo porque ‘nos toca’ esta tarea

explicó Tapia Ordoñez.

La psicoterapeuta comentó que en 2020 se mermó mucho la salud emocional de las mujeres, ya que regularmente las consultas terapéuticas que ella brinda son para varones, sin embargo, en el primer año de pandemia la situación cambió, pues casi el 70% de las personas que acompañó terapéuticamente eran mujeres y de ese porcentaje, el 40% recurrió por temas relacionados al estrés.

A pesar de la incertidumbre que causó la pandemia, la gente entendió que la situación “iba para largo”, por lo que se tuvieron que desarrollar habilidades para generar un equilibrio que mantuviera la autoestima estable, mencionó Tapia. 

De esta manera, las mujeres optaron por acercarse a terapia para reforzar sus capacidades, su libertad, su aceptación misma y su seguridad.

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