Ucrania entró el domingo en aguas desconocidas, luego de que sondeos a pie de urna mostraron que un comediante que carece de experiencia política y sin un programa detallado de Gobierno logró en un balotaje los suficientes votos para convertirse en el próximo presidente de un país en guerra.

La aparente victoria aplastante de Volodymyr Zelenskiy, de 41 años, es un duro golpe para el mandatario Petro Poroshenko, que intentó unir a los ucranianos en torno al patriotismo contra Rusia.

Dos encuestas a pie de urna a nivel nacional mostraron que Zelenskiy obtuvo 73% de los votos frente a solo 25% de Poroshenko.

Zelenskiy, quien interpreta a un presidente en una popular serie de televisión, se prepara ahora para asumir el liderazgo de un país que está en la primera línea del enfrentamiento de Occidente con Rusia tras la anexión de Crimea por parte de Moscú y una insurgencia de fuerzas prorrusas en el este de Ucrania.

Al declarar su victoria en la sede de campaña ante emocionados simpatizantes, Zelenskiy prometió que no decepcionará al pueblo ucraniano.

“Todavía no soy oficialmente presidente, pero como ciudadano de Ucrania puedo decir a todos los países de la post-Unión Soviética que nos miren. ¡Todo es posible!”, sostuvo el comediante.

Zelenskiy, cuya victoria se ajusta a un patrón de figuras antiestablishment que han derrotado a políticos tradicionales en Europa y otros lugares, ha prometido terminar con la guerra en la región oriental de Donbass y erradicar la corrupción, en medio del malestar generalizado por el aumento de los precios y la caída de los estándares de vida.

Pero no ha profundizado mayormente sobre cómo planea lograr todo esto. Los inversionistas quieren garantías de que acelerará las reformas necesarias para atraer inversiones extranjeras y mantener al país en un programa del Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Dado que existe una incertidumbre total sobre la política económica de la persona que se convertirá en presidente, simplemente no sabemos qué sucederá, lo que preocupa a la comunidad financiera”, dijo Serhiy Fursa, un banquero de inversiones de Dragon Capital, en Kiev. “Necesitamos ver cuáles son las primeras decisiones”.

Potencias atentas

Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia observarán atentamente los pronunciamientos sobre política exterior de Zelenskiy para ver cómo intentará terminar una guerra contra los separatistas prorrusos que ha matado a unas 13,000 personas.

Zelenskiy dijo que planea continuar las conversaciones con Moscú, apoyadas por Europa, sobre un acuerdo de paz que en gran medida no ha sido implementado y sostuvo que intentará liberar a los ucranianos encarcelados en Rusia, entre los que se encuentran 24 marinos ucranianos.

Maria Zakharova, portavoz de la cancillería rusa, dijo que Ucrania ahora tiene la oportunidad de unir a su gente.

En tanto, un emocionado Poroshenko reconoció su derrota ante sus partidarios, pero dijo que no abandonará la política y que Zelenskiy enfrentará una fuerte oposición, en un recordatorio de que el próximo mandatario tendrá que trabajar con un Parlamento muy dividido antes de las elecciones de octubre.

De la ficción a la realidad

La campaña de Zelenskiy desdibujó la línea entre la realidad y la serie de televisión en la que interpreta a un maestro de historia escrupulosamente honesto que accidentalmente se convierte en presidente.

En la serie, que comenzó a transmitirse en marzo, su personaje es enviado a prisión y el país queda bajo el control de oligarcas, populistas y ultranacionalistas, y eventualmente se divide en 28 estados. Personajes que se parecen a Poroshenko y Tymoshenko llegan al poder.

Durante la campaña electoral, el actor optó por espectáculos y redes sociales en lugar de mítines y entrevistas.

Sus detractores lo acusan de ser un títere del controvertido oligarca Igor Kolomoiski, enemigo de Poroshenko, y ponen en duda su capacidad para gobernar el país, mientras sus partidarios ven en él un nuevo rostro, sin la carga de los compromisos y los fracasos de la clase política actual.

“Zelenskiy quizás lo logre”, declaró un habitante de Lviv, un bastión nacionalista del oeste. “Los otros tuvieron su oportunidad, pero no hicieron nada”.

Con información de Reuters y AFP