Ryanair acusó a Bielorrusia de un ‘acto de piratería aérea’ por desviar su vuelo de Grecia a Lituania para detener a un disidente, mientras los líderes de la Unión Europea (UE) sopesaban las sanciones contra el régimen.

El aterrizaje forzoso en Minsk y la posterior detención de Roman Protasevich, exeditor de Nexta, uno de los principales grupos mediáticos independientes bielorrusos, fue “otro intento flagrante de las autoridades bielorrusas de silenciar todas las voces de la oposición”.

Además de manifestar esta postura Josep Borrell, jefe de Política Exterior de la UE, pidió una investigación internacional para determinar cualquier incumplimiento de las reglas de la aviación internacional. 

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bielorrusia dijo que las acusaciones eran infundadas, mientras que Rusia calificó como ‘impactante’ la respuesta de la UE, reveló Financial Times. 

Al mismo tiempo, un funcionario francés dijo que se había hecho una solicitud formal de investigación a la agencia de aviación de la ONU.

Las sanciones que están siendo exploradas por los 27 líderes de la UE incluyen:

– Prohibir a la aerolínea nacional de Bielorrusia, Belavia, aterrizar en los aeropuertos de la UE

– Declarar inseguro el espacio aéreo del país

– Extender las prohibiciones de viaje y la congelación de activos ya impuesta a decenas de funcionarios en Minsk por abusos de derechos

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, amenazó con que habrá consecuencias por el comportamiento escandaloso e ilegal del régimen de Bielorrusia.

Las relaciones entre Bruselas y Minsk se han deteriorado después de las elecciones presidenciales del año pasado y la represión que siguió.

En diciembre, los líderes europeos impusieron una nueva ola de sanciones a Lukashenko y otros miembros del régimen.

El contexto

Bielorrusia sigue siendo parte de la ‘Asociación Oriental’ que la UE tiene con seis estados cercanos a la frontera de Rusia, que disfrutan de privilegios como un acuerdo de facilitación de visados ​​lanzado el año pasado.

El bloque europeo alguna vez había esperado sacar a Minsk de la órbita del Kremlin, pero los eventos del domingo han subrayado cómo ese objetivo parece perdido.

Franak Viacorka, un asistente del líder opositor en el exilio de Bielorrusia, Sviatlana Tsikhanouskaya, pidió que se imponga una zona de exclusión aérea en Bielorrusia.

También instó a que se impongan más sanciones a los lucrativos sectores de petróleo y potasa de Bielorrusia, que proporcionan ingresos cruciales para el régimen de Lukashenko que ha gobernado Bielorrusia con mano de hierro durante 27 años.

A detalle

Los medios bielorrusos dijeron que Lukashenko dio personalmente la orden de desviar el vuelo FR4978 de Ryanair, que transportaba a 171 pasajeros de Atenas a Vilnius el domingo antes de desviarse abruptamente a la capital bielorrusa, Minsk, poco antes de que saliera del espacio aéreo bielorruso.

En un comunicado publicado en el sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bielorrusia el lunes, el portavoz Anatoly Glaz dijo que sus autoridades de aviación habían actuado en conformidad con las reglas internacionales establecidas.

“La UE se apresuró a hacer declaraciones abiertamente bélicas y politizar deliberadamente la situación con acusaciones y etiquetas infundadas”, acusó Glaz.

Mientras tanto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia se hizo eco del ataque de Bielorrusia a las respuestas de los países occidentales al incidente, acusándolos de hipocresía.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, dijo que Moscú había solicitado a las autoridades bielorrusas que le proporcionaran acceso consular.