Rusia usó al operador político republicano Paul Manafort, el sitio web WikiLeaks y a otros para tratar de influir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016 y ayudar al actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, según un informe del comité de inteligencia del Senado publicado este martes.

WikiLeaks desempeñó un papel clave para ayudar al republicano contra la demócrata Hillary Clinton; probablemente sabía que ayudaba a la inteligencia rusa, dijo el informe, probablemente el relato público más concluyente sobre la controversia de las elecciones de 2016.

El reporte halló que el presidente Vladimir Putin dirigió, de manera personal, los esfuerzos rusos para piratear redes y cuentas afiliadas al Partido Demócrata y filtrar información perjudicial para Clinton.

El panel, formalmente llamado el Comité Selecto de Inteligencia del Senado, también acusó a Manafort de colaborar con los rusos, así como al oligarca Oleg Deripaska y un presunto agente de inteligencia ruso, Konstantin Kilimnik, antes y después de las elecciones.

El comité determinó que el papel de Manafort y su proximidad con Trump crearon oportunidades para la inteligencia rusa.

“Su acceso de alto nivel y su disposición a compartir información con personas estrechamente afiliadas a los servicios de inteligencia rusos (…) representaba una grave amenaza para la contrainteligencia”.

No está claro qué efecto, si es que lo hay, podría tener el informe en la campaña presidencial estadounidense en la que Trump se enfrenta al demócrata Joe Biden en las elecciones del 3 de noviembre.

Las encuestas de opinión muestran que el ex vicepresidente Biden aventaja en casi todos los estados en disputa, los que Trump ganó por poco en 2016, mientras que las cifras de aprobación del republicano caen en medio de la pandemia de COVID-19.

La supuesta interferencia de Rusia en las elecciones, que Moscú niega desde 2017, desencadenó una investigación estadounidense de dos años de duración encabezada por el consejero especial Robert Mueller.

Mueller no encontró ninguna prueba concluyente de la coordinación entre Rusia y la campaña de Trump en un informe publicado el año pasado, pero señaló 10 casos en los que Trump pudo haber intentado obstaculizar la investigación, aunque no dijo si esto equivalía a una obstrucción de la justicia.