La industria del cannabis no es ajena a las diferencias raciales en Estados Unidos.

Los ciudadanos de color en Estados Unidos son 3.4 veces más propensos a ser arrestados, de acuerdo con un reporte elaborado por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés).

El informe ‘Una historia de dos países: arrestos dirigidos racialmente en la era de la reforma de la marihuana’, elaborado por la organización no gubernamental, dice que las personas de color tienen el triple de probabilidades de ser encarceladas por posesión de marihuana que la gente de piel blanca, pese a que las tasas de consumo son similares.

“Existen disparidades raciales en los arrestos por posesión de marihuana en todo el país, en todos los estados, en condados grandes y pequeños, urbanos y rurales, ricos y pobres, y con poblaciones negras grandes y pequeñas”.

Esta diferencia, además, crece en los estados donde la producción y consumo de marihuana es penalizada. En estos lugares las personas de color tienen más probabilidades de ser arrestadas.

Las diferencias raciales también están evidenciadas en el sector emprendedor del cannabis. El 81% de los empresarios de la industria del cannabis eran de piel blanca, mientras que el 4% era de color y menos del 6% eran hispanos, de acuerdo con el medio especializado MJBiz Daily.

De acuerdo con el reporte, en los estados donde el consumo de marihuana es legal, las disparidades raciales son menores en cuanto a los arrestos por posesión. Por ejemplo, en Maine y Massachusetts, donde se aprobó la despenalización de la planta de cannabis recientemente, la desigualdad racial se redujo entre 2010 y 2018.

En Montana, ubicado en la frontera norte de Estados Unidos, las personas de color tienen 9.6 veces más probabilidades de ser arrestadas por posesión de marihuana. Le sigue Kentucky, ubicado en la parte central del país, que tiene una tasa de 9.4 veces contra una.

En Colorado, el estado con menores restricciones sobre cannabis, las personas de color son 1.5 veces más propensas al arresto por posesión.

“La pregunta ya no es si Estados Unidos debería legalizar la marihuana.Tampoco se trata sobre si todos los niveles de gobierno deberían redirigir los recursos para perseguir el uso de la marihuana”.

El reporte de la agencia llega en un momento álgido para el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, debido a las protestas que se replicaron en decenas de ciudades estadounidenses tras la muerte del ciudadano George Floyd bajo custodia de la policía a principios de junio.

A cuatro meses de las elecciones presidenciales, en las que el mandatario se juega la reelección, las manifestaciones raciales llegaron a la Torre Trump en Nueva York. El 9 de julio se registró una pinta con el eslogan Black Lives Matter frente al icónico edificio ubicado en la quinta avenida.

Trump no comentó inmediatamente el mural de inmensas letras amarillas pintado frente a su residencia personal y sede de su grupo inmobiliario.

Durante junio, cuando el plan del alcalde Bill de Blasio fue divulgado, el presidente acusó a los demócratas de “denigrar” la avenida “con un símbolo de odio”. El alcalde respondió que quería que el presidente viera “tres palabras por las cuales no siente ningún respeto”.

A inicios de junio, la alcaldesa de Washington, Muriel Boswer, bautizó una sección de la calle 16, a una cuadra de la Casa Blanca, como Plaza Black Lives Matter, y develó para la ocasión un gran mural amarillo pintado en la calzada.

Con información de AFP