La actividad económica de Estados Unidos se contrajo más de lo estimado en los primeros tres meses del año en curso.

De acuerdo con la tercera estimación de la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio de la Unión Americana, el Producto Interno Bruto (PIB) registró una caída de 1.6% a tasa anualizada, con ajuste estacionario, en el primer trimestre del 2022.

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Esta revisión del PIB se da en medio de las sanciones económicas que impuso el gobierno de Joe Biden a Rusia ante la invasión a Ucrania; además, de las complicaciones que se vuelven a percibir en las cadenas de suministro globales.

La primera estimación fue de una contracción de 1.4%, mientras la segunda fue peor, de 1.5%. El tercer ajuste, de 1.6%, corresponde a revisiones a la baja del consumo privado y del gasto de gobierno federal, compensadas en parte por una revisión al alza de la inversión.

Efectos por pandemia

Con la tercera estimación se observa que tras un año y medio de crecimientos al hilo, la economía de Estados Unidos se desplomó en los primeros tres meses del 2022.

Esta diminución fue la primera baja en los últimos siete trimestres, es decir, desde el segundo trimestre del 2020 (31.2%), cuando se reflejaron con mayor fuerza los efectos de la pandemia de COVID-19.

En este periodo se dio un aumento en los casos de COVID-19 relacionados con la variante Ómicron, lo cual resultó en continuas restricciones e interrupciones en las operaciones de los establecimientos.

Además, los pagos de asistencia del gobierno en forma de préstamos condonables a empresas, subvenciones a gobiernos estatales y locales y beneficios sociales a los hogares disminuyeron a medida que expiraron o descendieron las disposiciones de varios programas federales.

Merma en inversión en inventarios y exportaciones

Por sector, la caída de 1.6% de la economía estadounidense en el primer trimestre, que es la tercera estimación, se explica por disminuciones en exportaciones, inversión en inventarios privados y gasto de gobiernos federal, estatales y locales.

En tanto, el consumo de los hogares y la inversión fija residencial y no residencial aumentaron.

Las exportaciones se contrajeron 4.8%, reflejo de la baja de 7.6% en bienes, mientras el gasto del gobierno federal descendió 6.8%, destacando el rubro de defensa nacional, con un desplome de 9.9%. Por su parte, las importaciones, que restan al PIB, crecieron 18.9%.

Para la inversión privada en inventario, su caída derivó en el comercio mayorista, principalmente de vehículos motorizados, así como en minería, servicios públicos y construcción.

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Menor crecimiento del consumo

Si bien el consumo privado creció 1.8% en los primeros tres meses del 2022, fue el menor nivel registrado en los últimos siete trimestres. A su interior, los bienes disminuyeron 0.3% y los servicios aumentaron 3.0%.

Dentro de los bienes, resalta la contracción de 11.5% en el gasto en gasolina y otros bienes energéticos, que se contrarrestó por el incremento de 16.2% en el apartado de automóviles y sus partes.

En servicios, destacan las alzas en servicios de alimentación y alojamiento (5.2%), vivienda y servicios públicos (3.6%) y servicios de recreación (1.9%).

Un dato positivo se presentó en la inversión fija no residencial, un tasa de 10.0%, el mejor resultado en un año, producto de crecimientos en equipos (14.1%) y productos de propiedad intelectual (11.2%).