La economía de Estados Unidos disminuyó más de lo previsto en el primer trimestre del año en curso.

De acuerdo con la segunda estimación de la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio de la Unión Americana, el Producto Interno Bruto (PIB) registró una caída de 1.5% a tasa anualizada, con ajuste estacionario.

Esta caída del PIB se da en medio de las sanciones económicas que impuso el gobierno de Joe Biden a Rusia ante la invasión a Ucrania; además, de las complicaciones que se vuelven a percibir en las cadenas de suministro.

La primera estimación fue de una contracción de 1.4%. Este ajuste corresponde a revisiones a la baja de la inversión privada en inventarios y a la inversión residencial, compensadas en parte por una revisión al alza del consumo privado.

Efecto ómicron

Con este resultado se observa que tras un año y medio de crecimientos al hilo, la actividad económica de Estados Unidos se contrajo en los primeros tres meses del 2022.

Esta diminución fue la primera baja en los últimos siete trimestres, es decir, desde el segundo trimestre del 2020 (31.2%), cuando se reflejaron con mayor fuerza los efectos de la pandemia de COVID-19.

En este periodo se dio un aumento en los casos de COVID-19 relacionados con la variante ómicron, lo cual resultó en continuas restricciones e interrupciones en las operaciones de los establecimientos.

Además, los pagos de asistencia del gobierno en forma de préstamos condonables a empresas, subvenciones a gobiernos estatales y locales y beneficios sociales a los hogares disminuyeron a medida que expiraron o descendieron las disposiciones de varios programas federales.

Inversión en inventarios y exportaciones caen

Por sector, la caída de 1.5% de la economía estadounidense en el primer trimestre, que es la segunda estimación, se explica por una menor inversión en inventarios privados, impulsada por disminuciones en el comercio mayorista y minorista, relacionado con la industria automotriz.

En tanto, las exportaciones se desplomaron 5.4%, particularmente bienes (8.9%), mientras las importaciones, que restan al PIB, aumentaron 18.3%.

También se observó un descenso en el gasto de gobierno (2.7%), tanto en el nivel federal (6.1%) como en el estatal y local (0.6%).

El consumo privado reflejó un incremento de 3.1%, liderado por el alza de 4.8% en servicios (destacando la atención médica).

Dentro de los bienes, los no duraderos se contrajeron 3.7% en el primer trimestre, situación explicada por la gasolina y otros bienes energéticos.